viernes, 1 de septiembre de 2017

LA IZQUIERDA RADICALIZADA VANDALIZA EL CENTRO DE BUENOS AIRES




La desaparición de un militante anarquista durante una refriega entre mapuches y la Gendarmería Nacional sirve de pretexto para que la izquierda más dura pase a la acción contra el gobierno de Mauricio Macri.

LA AGUDIZACIÓN DE LAS CONTRADICCIONES

Para la izquierda dura de Argentina, el gobierno del centrista Mauricio Macri es peor que un gobierno de facto militar. Porque mientras que una dictadura militar agudiza la contradicción del sistema capitalista y hace evidente la lucha de clases entre explotadores y explotados. Un gobierno democrático y burgués, que además cuenta con apoyo de la ciudadanía, sólo sirve para ocultar las contradicciones y hace que los explotados se conformen con tibias reformas y abandonen la lucha revolucionaria.

Este razonamiento es el que lleva a consignas como “Macri basura vos sos la dictadura” o las frecuentes comparaciones entre el dictador Videla y el presidente Macri que suele expresar frecuentemente figuras caracterizadas de la izquierda como la violenta y rencorosa Hebe de Bonafini, presidente de la organización Madres de Plaza de Mayo.

Estos grupos minoritarios y carentes de todo peso electoral aprovechan cualquier motivo para generar acciones violentas del tipo de “resistencia civil” buscando que el gobierno cometa el error de hacerles el juego y ordene una represión que provoque alguna víctima mortal entre los manifestantes.

Finalmente, estos grupos encontraron una causa lo suficientemente grave e importante para aglutinar a los distintos sectores de la izquierda, las organizaciones defensoras de los derechos humanos, al sindicalismo combativo y al sector de la opinión pública de ideas progresistas en una campaña contra el gobierno.

EL CASO MALDONADO

El pasado 1° de agosto, efectivos de la Gendarmería Nacional avanzaron contra los manifestantes que llevaban a cabo un piquete sobre la Ruta Nacional N° 40, en proximidades de la ciudad de Esquel, en la provincia de Chubut.

Al ser desalojados por los gendarmes, los manifestantes, en su mayoría activistas mapuches pertenecientes a la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), se refugiaron en el predio que ocupa la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia, en la estancia Leleque.

Durante los incidentes desapareció un activista anarquista, de 28 años, Santiago Maldonado, quien estaba de recorrida por la zona desde hacía tres meses para apoyar “la lucha” de los mapuches por su derecho a la autodeterminación.

Los mapuches afirman que la Gendarmería se llevó detenido a Maldonado durante los incidentes.

El Ministerio de Seguridad y la Gendarmería afirman que Maldonado nunca estuvo detenido y hasta dudan de que haya estado en el lugar.

Lo cierto es que un mes después, ni Maldonado aparece ni nadie en el gobierno es capaz de explicar dónde está o que ocurrió con él.

Desde un primer momento, el gobierno no pareció darle la debida importancia al tema y tampoco supo transmitir debidamente que medidas estaba llevando a cabo para esclarecer el hecho.

Tampoco la justicia avanzó en el esclarecimiento del hecho. Hoy, Santiago Maldonado se ha convertido en un “desaparecido”, una condición que tiene un profundo impacto sobre la opinión pública argentina.

La izquierda radicalizada ha aprovechado la torpeza e indecisión del gobierno para hacer de la aparición con vida de Santiago Maldonado una bandera de lucha revolucionaria.

EL ACTO

Ayer, al cumplirse un mes de la desaparición del activista, diversas agrupaciones de izquierda convocaron a un acto en Plaza de Mayo.

Entre los convocantes estaban: el Frente Milagro Sala, la organización kirchnerista La Cámpora, los sindicatos CTA, CTEP, Asociación de Trabajadores del Estado y CTERA, el partido Libres del Sur, la agrupación “Corriente Nacional de la Militancia”, Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo, Agrupación Hijos, el Partido Obrero, Partido de los Trabajadores Socialistas, el colectivo Encuentro Memoria Verdad y Justicia, grupo Quebracho, grupo Descamisados, etc.

El gobierno porteño colocó un fuerte vallado para proteger a la Casa Rosada y la Catedral Metropolitana. Además, implementó un amplio dispositivo de seguridad con personal policial con equipos antimotines, motos, vehículos hidrantes y gran número de ambulancias para socorrer a eventuales heridos.

El acto convocó a unas 60.000 personas y se desarrolló en forma pacífica. El único orador fue el hermano del activista desaparecido, Sergio Maldonado quién responsabilizó al gobierno por no esclarecer lo ocurrido con Santiago.

UNA TARDE VIOLENTA

Desde las primeras horas de la tarde se generalizaron hechos de violencia en distintos lugares.

En la localidad de El Bolsón, provincia de Río Negro, grupos de activistas mapuches y anarquistas, en su mayoría jóvenes adolescentes, atacaron la sede del Escuadrón 35 de la Gendarmería Nacional con bombas Molotov y piedras.

Los atacantes eran un grupo reducido de aproximadamente cincuenta personas que actuó con total impunidad debido a que el personal de Gendarmería Nacional se limitó a proteger el edificio, sin reprimir a los atacantes.

Como resultado de ese ataque nueve gendarmes recibieron heridas de consideración durante la refriega.

En el microcentro porteño, la tarde comenzó con incidentes entre los concurrentes al acto. Militantes de La Cámpora y Quebracho se enfrentaron a golpes y pedradas sufriendo algunos de ellos heridas.

Luego, mientras se llevaba a cabo el acto, un grupo de entre 20 y 30 jóvenes anarquistas atacaron la mutual del Círculo de Suboficiales de la Gendarmería Nacional, sito en la calle Tacuarí al 500, a pocas cuadras de la Plaza de Mayo. Los vándalos agredieron con piedras y bombas molotov al edificio dejando en el lugar inscripciones anarquistas.

Si bien, en un principio, la desconcentración al finalizar el acto se efectuó en forma pacífica, no llegó a completarse totalmente. A las 20.40 hs., los grupos anarquistas comenzaron a incendiar contenedores de residuos, arrojando piedras y botellas, golpeando con palos los vehículos estacionados, atacando las vidrieras de los comercios y provocando el caos.

Los manifestantes atacaron incluso a los periodistas que realizaban la cobertura de los incidentes y a las ambulancias que socorrían a los heridos.

Los incidentes se produjeron en distintos lugares: en la intersección de la Avenida de Mayo y la calle Piedras, en la Avenida 9 de julio y Avenida de Mayo, en Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña, en proximidades del Congreso Nacional.

Los choques entre manifestantes y policías se prolongaron por dos horas dejando un saldo de 23 activistas detenidos y 17 personas heridas -entre ellos 9 policías-, además de cuantiosos daños materiales. En la zona quedaron numerosas pintadas dejadas por lo grupos anarquistas para adjudicarse los hechos.

Terminados los incidentes, sobre las 23.00 horas, personal de limpieza del gobierno de la ciudad llevaron a cabo intensas tareas en el lugar para limpiar y normalizar, dentro de lo posible, la zona de los incidentes.

CONCLUSIONES

El gobierno del presidente Macri enfrenta el activismo revolucionario de grupos anarquistas y mapuches que expresan por medios violentos su descontento.

Los grupos violentos cuentan con el apoyo financiero, político y de coordinación de ONG europeas y, en especial de los gobiernos de Venezuela, Cuba e Irán que se ven perjudicados por la política internacional del actual gobierno argentino.

El gobierno del presidente Macri debe esclarecer cuanto antes lo ocurrido con Santiago Maldonado, para demostrar que esos hechos no quedan impunes en una democracia y al mismo tiempo impedir que se convierta en una bandera de lucha para los sectores de izquierda.


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