lunes, 17 de abril de 2017

LA CRISIS EN COREA

Por el Dr. Adalberto C. Agozino

Las crecientes tensiones entre Corea del Norte, Estados Unidos y China hacen temer al mundo por una guerra nuclear en la Península Coreana.

LOS ÚLTIMOS STALINISTAS

Cómo el mundo llegó a esta situación es difícil precisarlo. Comencemos por señalar que en Corea del Norte, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, gobierna dictatorialmente una dinastía comunista, los Kim, que se ha caracterizado por mantenerse en el poder por medio de la represión más sangrienta.

Bajo la dirección de Kim Il-sum, la República Popular Democrática de Corea desarrolló su propia interpretación del marxismo leninismo denominado “pensamiento Juche”. Esta seudo filosofía combina elementos del marxismo y del estalinismo más feroz con tradiciones y antiguas leyendas coreanas.

El partido oficial es el Partido del Trabajo de Corea, que gobierno a través del “Frente Democrático para la Reunificación de la Patria”. El Frente, fue creado en 1945, y lo integran, además, el Partido Socialdemócrata de Corea y el Partido Condoísta Chong-u.

En realidad, se trata de un régimen de partido único donde los otros partidos son simples fachadas destinadas a crear la falsa imagen de que en Corea hay pluripartidismo.

La verdadera base del poder se encuentra en el Ejército Popular de Corea del Norte, el cuarto más grande del mundo, con más de un millón de efectivos en activo y 4,7 millones en reserva. Es el primer ejército del mundo en relación de gasto militar. Las fuerzas armadas consumen el 25% del PBI norcoreano. Corea del Norte posee también la mayor relación de soldados por habitante: 45 soldados cada 1.000 habitantes superando incluso a Israel que tiene 25 soldados cada 1.000 habitantes.

Desde 2006, Corea del Norte es oficialmente un país con armamento nuclear. En 2016, detonó con éxito una bomba de hidrógeno convirtiéndose en el sexto país que cuenta con este tipo de armamento. En total Corea del Norte ha efectuado cinco pruebas nucleares, dos de ellas el año pasado, y varios ensayos de misiles guiados. A finales de agosto de 2016, Pyongyang lanzó desde un submarino un misil de mediano alcance (que alcanzó los 500 kilómetros) en el mar de Japón provocando las iras del gobierno estadounidense.

Usualmente, Pyongyang realiza las pruebas de nuevos armamentos (nucleares o misilísticos) en las fechas en que se conmemoran eventos nacionales.

En la práctica, la supuesta república socialista de Corea del Norte es una monarquía de partido único. Kim Il-sung, llamado “El Presidente Eterno”, gobernó desde 1948 hasta su muerte en 1994. Le sucedió su hijo, “El Amado Líder” Kim Jong-il quien también gobernó dictatorialmente hasta su muerte, en 2011. Ambos líderes fueron momificados a su muerte y son exhibidos (al igual que el cadáver del líder soviético Vladimir Ilich Lenin) a los escolares y eventuales visitantes.

A la muerte de Kim Jong-il, inmediatamente le sucedió el tercer gobernante de la dinastía, su hijo menor Kim Jong-un.

Pero, si bien tanto Kim Il-sung y Kim Jong-il eran déspotas de corte estalinista que no dudaban en perseguir, encarcelar o asesinar a los disidentes y a quienes osaban desafiar su autoridad de cualquier forma. El joven Kim Jong-un es un tirano de otro tipo, que se parece más a figuras históricas recordadas por su crueldad extrema como Iván, el Terrible, o Enrique VIII Tudor.

Desde que asumió el poder, Kim Jong-un ha purgado a 340 altos funcionarios del gobierno norcoreano. Los más afortunados fueron degradados y enviados a “reeducarse” trabajando en granjas prisión, otros fueron directamente encarcelados y la mayoría -unos 170- simplemente fueron ejecutados.

Entre los ejecutados de más relevancia están Jang Sung-thaek, tío de Kim Jong-un y entonces número dos del régimen por traición; Hyong Yong-col, ex ministro de Defensa por quedarse dormido durante un desfile militar; Choe Yong-gon, antiguo responsable de la cartera de Educación, por sentarse de manera informal e irrespetuosa. Las ejecuciones se realizaron mediante métodos como el pelotón de fusilamiento o hasta con el uso cañones antiaéreos.

Un claro ejemplo de que Kim Jong-um se comporta como un déspota medieval, o uno de esos príncipes sangrientos del Renacimiento de que quienes habla Maquiavelo; es el asesinato de su hermanastro Kim Jong-nam en el Aeropuerto Internacional de Kuala Lumpur, Malasia, por dos mujeres pertenecientes al servicio de inteligencia norcoreano.
Kim Jong-nam, era el hijo mayor de Kim Jong-il, fruto de su relación con la actriz surcoreana Sung Har-rim.

Kim Jong-nam vivía en el exilio desde 2010, hasta que fue asesinado por orden de su medio hermano el líder norcoreano.

Es natural que con un liderazgo de esa naturaleza, tanto los Estados Unidos como Corea del Sur, Japón, China y las principales potencias europeas se sientan amenazadas por las cada vez mayores capacidades militares, especialmente en armas nucleares, de Corea del Norte e insisten en la desnuclearización de la Península de Corea.

LA CRISIS ACTUAL
 
La principal preocupación de Washington es la determinación del régimen de Kim Jong-un de desarrollar un misil intercontinental con capacidad de impactar en territorio estadounidense. Aunque apenas un puñado de países cuenta con esa tecnología -Estados Unidos, China, India, Rusia y quizás Israel-, Pyongyang ha estado dando pasos graduales para lograrlo. El líder norcoreano ha advertido que planea completar una prueba a lo largo de este año.

Los expertos advierten que, pese a los fallos, el desarrollo norcoreano de misiles está logrando progresos. Este programa balístico “representa un peligro real”, advierte Tong Zhao, del centro Carnegie-Tsinghua en Pekín. “Tras haber sido probados una y otra vez, la fiabilidad y la tecnología de los misiles norcoreanos está mejorando cada vez”.

Es por esto que, Estados Unidos amenaza con llevar a cabo un ataque de represalia si Pyongyang continúa con sus ensayos de armamentos nucleares y misilísticos.

Indiferente a las protestas internacionales, el pasado miércoles 12, Corea del Norte lanzó un misil balístico KN-15 que cayó en el mar de Japón tras recorrer sesenta kilómetros. El Consejo de Seguridad consideró que el ensayó fue “una grave violación” de las obligaciones de Pyongyang en base a las resoluciones de la ONU.

Para refrendar sus advertencias, el presidente Donald Trump, envío una fuerza de tareas naval encabezada por el portaaviones USS Carl Vinson que cuenta con una enorme potencia de ataque y capacidad de defensa antimisiles balísticos.

Muchos analistas interpretaron que, tanto el ataque en Siria con misiles Tomahawk a las fuerzas de Bachar al Asad, como el empleo de la bomba GBU-34, denominada “madre de todas las bombas”, en la provincia afgana de Nangarhar, contra una red de túneles que servían de base a los combatientes del Estado Islámico y que acabo con la vida de 94 yihadistas, entre ellos cuatro cabecillas fueron; en realidad, una velada advertencia tanto para Pyongyang como para su aliada China.

LA FUERZA DE TAREAS

La Fuerza de Tareas aeronaval estadounidense está formado por un portaaviones, dos destructores y un crucero. Esta flota se situó en aguas próximas a la Península de Corea, a unos 480 kilómetros de la zona donde Pyongyang suele llevar a cabo sus pruebas nucleares.

El USS Carl Vinson es uno de los diez portaaviones de tipo Nimitz con los que cuenta la armada estadounidense. Los Nimitz son los barcos de guerra más grandes del mundo. Según la Marina de EE.UU. Pueden estar en servicio por aproximadamente 50 años.

El USS Carl Vinson navega, desde 1983, propulsado por la energía de dos reactores nucleares. Mide 332 metros de largo y la cubierta tiene 76 metros de ancho. Puede viajar a una velocidad de 30 nudos (unos 54 kilómetros por hora). Puede alojar una tripulación de más de 5.000 personas y transportar más de 60 aviones.

La flota aérea del Carl Vinson recibe el nombre de “Carrier Air Wing (CVW) 2”. Un portaaviones tipo Nimitz, como el Vinson, puede llevar embarcados aviones F-18 Hornet, F-18 Super Hornet, Hawkeye E-2C, Growler EA-18G, Greyhound C-2A y helicópteros Seahawk MH-60.

Los aviones Hornet y Super Hornet son los aviones de combate e intercepción del grupo de tareas, son muy versátiles y se adaptan a cualquier tipo de clima.

Los aviones Hawkeye cuentan con un radar de vigilancia en la parte superior del fuselaje y cumplen funciones de alerta temprana de amenazas para el Grupo de Tareas.

Los aviones Growler ofrecen protección electrónica a la flota. Pueden realizar ataques electrónicos, ya que están diseñados para interferir señales electrónicas y bloquear transmisores.

Los Seahawk son helicópteros destinados a realizar ataques antisubmarinos y funciones de control marino.

Los aviones Greyhound cumplen fines de transporte de carga y pasajeros al portaaviones.

El USS Carl Vinson es capaz de llevar misiles de defensa RIM-116; misiles antiaéreos Sea Sparrow (guiados por radares); y cañones Phalanx CIWS (también guiados por radares) para defenderse de misiles anti buques y de aviones de alta velocidad.

El portaaviones también puede ir acompañado de buques de apoyo encargados de suministrarle combustible y armamento.

La armada estadounidense dice que los Arleigh Burke son unos de los destructores más poderosos jamás construidos. Son propulsados por turbinas a gas y alcanzan velocidades de 30 nudos. Pueden cumplir misiones antiaéreas y antisubmarinas, según la Marina.

El Grupo de Tareas Carl Vinson cuenta con dos de esos destructores: el USS  Wayne E. Meyer y el USS Michael Murphy.

Los destructores miden 155 metros de largo y su tripulación puede ser de 330 personas.
Poseen el sistema de lanzamiento vertical MK-41, capaz de lanzar varios tipos de misiles contra aviones, submarinos y de defenderse de misiles balísticos enemigos.

Estos barcos tienen capacidad para llevar misiles de medio alcance SM-2MR (guiados por radar); misiles antisubmarinos ASROC; misiles Tomahawk; y misiles Sea Sparrow de mediano alcance (ESSM), que sirven para defenderse de misiles anti buques y aeronaves. También cuentan con un cañón MK 45 y pueden transportar dos helicópteros Seahawk MH-60 con misiles Penguin y seis torpedos MK 50.

Los cruceros tipo Ticonderoga pueden llevar una combinación de 122 misiles guiados en total. Pueden encabezar sus respectivos grupos de ataque y cuentan con sistema MK41 de lanzamiento vertical de misiles; misiles ASROC; seis torpedos MK 46; y cañones MK 45 y Phalanx CIWS.

Están equipados también con misiles Tomahawk, lo que les da capacidad de ataque a largo alcance.

Preparándose para el conflicto el gobierno norcoreano expulsó de su ciudad capital Pyongyang a seiscientos mil de sus habitantes, un cuarto de su población total.

Las personas expulsadas fueron acusadas de tener familiares que desertaron al Sur, encarcelados por ser considerados “enemigos del pueblo”, usar drogas, traficar con dinero falso o vender películas pirateadas del Sur.

La justificación para esta medida totalitaria es que el gobierno norcoreano no quiere en su capital la presencia de personas que potencialmente puedan colaborar con tropas extranjeras en caso de una invasión.

Corea del Norte celebró el, el sábado 15, el “Taeyangjeol” o “Día del Sol”, este año el 105 aniversario del nacimiento del fundador de la dinastía gobernante, el mariscal Kim Il-sung. 

La conmemoración al mejor estilo soviético consistió en un intimidante desfile militar con los soldados marchando a paso de ganso y la exhibición de nuevos armamentos. En esta ocasión, Pyongyang exhibió 56 misiles de diez tipos distintos. Los norcoreanos mostraron incluso un supuesto misil balístico intercontinental de cuya real existencia duda la inteligencia americana.

Pero, como Pyongyang no parece dispuesto a cesar en sus provocaciones, también lanzó un nuevo misil, desde la ciudad portuaria de Simpo en la costa Este de la Península, que estalló a poco de ser disparado.

Los Estados Unidos incrementaron sus contactos diplomáticos tras este nuevo ensayo de misil. El domingo 16 arribó a Seúl el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, cuyo padre combatió en la Guerra de Corea (1950 – 1953), y advirtió que “la era de la paciencia estratégica” de Washington hacia Corea del Norte ha terminado.

LOS ALINEAMIENTOS INTERNACIONALES

Los sucesos en la Península de Corea han obligado a diversos países a tomar posiciones.
El miércoles 12, el presidente chino, Xi Jinping habló con el presidente Trump por teléfono para solicitarle que se mantenga en calma y recordarle que, si bien para Pekín es esencial la desnuclearización de la península coreana, más aún lo es, el mantenimiento del statu quo en la región. “China desea resolver el problema norcoreano en forma pacífica”, afirmó el líder chino.

Paralelamente el gobierno chino desplegó 150.000 hombres de sus fuerzas armadas en la frontera con Corea del Norte y suspendió los vuelos de Air China, su aerolínea de bandera, a Pyongyang. También habría amenazado a Kim Jong-un con la aplicación de sanciones económicas si no cesa en sus provocaciones.

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, destacó: “Si hay una guerra, el resultado será una situación en la que todos perderán y nadie resultará ganador”.
Francia también fijo su posición a través de su ministro de Relaciones Exteriores, Jean-Marc Ayrault, luego de abogar por la desnuclearización de la península de Corea, advirtió: “la comunidad internacional es unánime: ha llegado el momento de que Pyongyang cumpla sus propios compromisos”.

En forma similar se expidieron días pasados la canciller germana, Angela Merkel, y la primera ministra británica, Theresa May.

En tanto que el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, cuyo país también se siente amenazado por el militarismo norcoreano, respaldó la firme aptitud del presidente Donald Trump y afirmó que Corea del Norte podría tener la capacidad de lanzar misiles equipados con armas químicas y trazó paralelismos entre el régimen que lidera Kim Jong-un y el líder sirio Bachar al Assad.

Al mismo tiempo, Japón tomó medidas para evacuar a sesenta mil japoneses que viven en Corea del Sur y comenzó a instruir a su población como proceder en caso de que estalle una guerra nuclear en la región.

En Moscú, el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, afirmó que Rusia está “muy preocupada por la escalada de las tensiones en la Península de Corea” y llamó a las partes a evitar cualquier acto que pudiera ser interpretado como una provocación.

CONCLUSIONES

Estados Unidos no aceptará que un régimen hostil e impredecible como el de Corea del Norte desarrolle capacidades nucleares y misilísticas capaces de afectar su territorio o el de sus aliados estratégicos en la región.

Comparando el comportamiento de los Estados Unidos en otros conflictos donde empleo su potencial militar, como “Tormenta del Desierto” (la Primera Guerra en Iraq), en 1990, o la “Operación Libertad Iraquí” (la Segunda Guerra en Iraq), en 2003; el Pentágono no iniciará las operaciones militares hasta concentrar en el Teatro de Operaciones medios ofensivos que le aseguren una superioridad un poder de fuego abrumador.

En el caso de un enemigo provisto de armamento nuclear esta superioridad de medios es una cuestión vital y no parece que las fuerzas actualmente desplegadas en la Península de Corea sean suficientes para cumplir con eficacia este cometido.

Por lo tanto, no existirá riesgo de que Washington inicie operaciones hasta que hay completado su despliegue militar.

Mientras tanto, realizará maniobras diplomáticas destinadas a convencer a otros actores internacionales (China, Rusia, Japón, Corea del Sur y sus aliados europeos) de que agotó todos los medios de solucionar el diferendo por medios pacíficos. Aunque su verdadero propósito es eliminar toda amenaza posible sobre su seguridad nacional.

Lo que resta saber es cuanta racionalidad hay en Pyongyang. Más allá de todas las amenazas y provocaciones que pueda formular el régimen norcoreano sabe que no cuenta con medios suficientes para imponerse a los Estados Unidos. Precisamente, el propósito de desarrollar esos medios ofensivos es tan sólo asegurar su supervivencia no librar una guerra contra los americanos. Pyongyang solo necesita una salida que le permita salvar su orgullo y sobrevivir. Aunque posiblemente esa alternativa ya no este disponible.

Mientras tanto, China se encuentra frente al dilema de perder a un aliado conflictivo, pero aliado al fin, o complicar sus relaciones con los Estados Unidos. Posiblemente Pekín preferiría una Corea del Norte más pacífica y predecible, incluso es probable que comparta las prevenciones de Estados Unidos sobre el incremento de las capacidades de ataque de Pyongyang.

Pero, hasta qué punto está dispuesto a presionar a Kim Jong-un o permitir que los Estados Unidos actúen unilateralmente.

La salida de este conflicto no está clara por el momento. De allí la preocupación que sacude al mundo por lo que sucede en Corea.




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