miércoles, 26 de octubre de 2016

VENEZUELA VIVE HORAS DE TENSIÓN


La crisis institucional que sacude los cimientos de la sociedad venezolana continúa agravándose sin que se vislumbre una solución.

En estos momentos la oposición venezolana se encuentra realizando un acto de fuerza convocando a la movilización de sus partidarios bajo la consigna de la “Toma de Venezuela”.

Mientras tanto, el gobierno de Nicolás Maduro apuesta a ganar tiempo forzando a la oposición a entrar en una negociación. Para ello apeló al papa Francisco y otras instancias que tradicionalmente le han sido favorables.

La crisis venezolana cobró mayor impulso, el pasado domingo 23, cuando el gobierno, apelando a su control del Tribunal Supremo de Justicia y del Consejo Nacional Electoral, canceló la recolección de firmas para la realización de un referendo revocatorio del mandato presidencial de Nicolás Maduro y suspendió sin fecha las elecciones para gobernadores.

El derrumbe del precio del petróleo y el calamitoso manejo de la economía por parte del chavismo ha sumido al país caribeño en una crisis humanitaria, por la escasez de alimentos y medicamentos básicos, que Human Rights Watch ha calificado como similar a la de un país en guerra.

El chavismo sabe que de someterse a una consulta electoral en este contexto implica una segura derrota y, por ello, trata por todos los medios de impedirla.

En respuesta a la decisión del Consejo Nacional Electoral, la Asamblea Nacional dominada por la oposición, por una mayoría calificada de 112 de los 165 escaños, decidió apelar al artículo 233 de la Constitución que la faculta para declarar la responsabilidad política del mandatario por abandonar el cargo en las funciones inherentes al cargo. Esta imputación acarrea sanciones contra el presidente que podrían llegar hasta su destitución, siempre y cuando lo apruebe el Tribunal Supremo de Justicia.

Los líderes opositores también convocaron a la desobediencia civil y a la movilización de sus partidarios.

Sintiéndose acorralado, el presidente Maduro intempestivamente alteró una gira que realizaba por países petroleros y se dirigió a Roma y Lisboa para buscar la mediación del papa Francisco y el apoyo del flamante secretario general de la ONU, el socialista Antonio Guterres.

El Sumo Pontífice designó como enviado especial en Venezuela al Nuncio Apostólico en Argentina, monseñor Emil Paul Tscherig. El enviado papal, con el apoyo de Secretario General de la Unión de Naciones del Sur, el ex presidente colombiano Ernesto Samper, con la participación del ex jefe de gobierno de España, el socialista José Luis Zapatero y los ex presidentes de Panamá, Martín Torrijos y de la República Dominicana, Leonel Fernández, abrió una instancia de diálogo a llevarse a cabo en la Isla Margarita a partir del próximo domingo. Esta iniciativa también ha sido apoyada por el gobierno de Cuba y la Unión Europea.

Por el momento, la oposición no se ha pronunciado con claridad sobre su participación en el diálogo. Mientras el secretario general de la Mesa de Unidad Democrática, el diputado Jesús Torrealba, ha manifestado su disposición a participar del diálogo, otros sectores miran con reticencia la intervención del Vaticano.

Algunos miembros de oposición venezolana miran con preocupación las aparentes simpatías del papa Francisco hacia los gobernantes populistas de la región como en su momento: Cristina Fernández de Kischner, Dilma Rousseff o Rafael Correa.

El gobernador del estado Miranda, el socialdemócrata Henrique Capriles Radonski, por ejemplo, considera que el diálogo sólo permitirá al presidente Maduro ganar tiempo y demanda que antes de comenzar a conversar, el gobierno se comprometa a respetar el derecho a votar, libere a los presos políticos, permita el regreso al país de los exilados y permita la recepción de ayuda humanitaria.

También en el plano internacional surgen algunas voces que postulan una firme actitud frente al gobierno de Maduro, e incluso amenazan con la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, para que respete las normas constitucionales.

En este sector puede mencionarse al Secretario General de la Organización de Estados Americanos, el uruguayo Luis Almagro y los presidentes de Uruguay, Tabaré Vázquez y de Argentina, Mauricio Macri, que han expresado en reiteradas ocasiones su preocupación por la violación de los derechos humanos en Venezuela.

En respuesta a la movilización popular, el presidente Maduro, convocó a la reunión del Consejo de Defensa de la Nación para que evalué lo que denomina “el golpe parlamentario de la Asamblea Nacional y el plan de diálogo para la paz”.

Finalmente, para saber cómo evolucionará la situación en Venezuela debemos aguardar el resultado de la masiva movilización popular que se está desarrollando en estas horas en Caracas.


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