sábado, 15 de octubre de 2016

SUTEBA INTENTA OCULTAR LA HERENCIA EDUCATIVA DEL KIRCHNERISMO


El Sindicato de Trabajadores de la Educación de la provincia de Buenos Aires, que conduce Roberto Baradel, intenta sabotear la evaluación que implementará la Secretaria de Evaluación Educativa del Ministerio de Educación y Deportes de la Nación, el próximo 18n y 19 de octubre, para impedir que se conozca la pesada herencia dejada por el kirchnerismo en el campo educativo.
Para formular una adecuada política pública, en cualquier campo de la actividad gubernamenta,l es necesario contar previamente con un certero diagnóstico de lo que allí sucede.
Es por ello que las autoridades educativas argentinas están implementando el programa APRENDER 2016 destinado a obtener y generar información oportuna y de calidad que permita conocer mejor los logros alcanzados por el sistema educativo tras la ilusoria  “década ganada” por el kirchnerismo.
En este contexto, la Red de Evaluación Federal de la Calidad y Equidad Educativa llevará a cabo una prueba de conocimientos sobre 1.400.000 estudiantes que cursan el 3° y 6° grado de la escuela primaria y 3° y 6° año de la educación secundaria, pertenecientes a 68.000 secciones, en 39.500 escuelas primarias y colegios secundarios de todo el país. La prueba se administrará por igual en establecimientos de gestión pública como privada.
De la encuesta tomaran parte todos los alumnos que cursan el 6° grado primario y el 6° año de secundario y con una muestra aleatoria -es decir, por azar- se implementará simultáneamente sobre algunos estudiantes que cursan el 3° grado primario y el 3° año secundario.
La implementación de la prueba requerirá la participación de 140.000 docentes que percibirán por esta tarea un pago adicional de mil pesos por administrar el test.
La evaluación que se realizará a los estudiantes está orientada a determinar cuál es su alcance en la comprensión de textos, capacidad de razonamiento y análisis, así como el nivel de información general que ellos poseen.
Todo ello se hará a través de un sencillo cuestionario donde el alumno solo debe marcar la respuesta correcta de una breve lista de opciones (sistema de selección múltiple).
La evaluación será anónima y sin ninguna incidencia sobre las calificaciones de los alumnos. Se trata de una prueba que, aunque necesaria, es en su implementación sencilla, muy general y no invasiva. Por lo tanto, resulta difícil comprender el porqué de la oposición de las autoridades del SUTEBA.
Sin embargo, este sindicato acusa al programa APRENDER 2016 como destinado a “desprestigiar a los docentes y la educación pública” e incita, sin mayores argumentos, a sus afiliados e incluso a los alumnos a boicotear las pruebas.
Cabe preguntarnos por qué SUTEBA considera a la evaluación como un ataque a la educación pública cuando la misma se aplica sobre la totalidad del sistema educativo. La única explicación posible es que Baradel intenta ocultar a cualquier costo el desastre educativo dejado por el anterior gobierno.
Argumentar que los sindicatos docentes no han sido consultados no sólo es una actitud corporativista sino que platea la siguiente pregunta: ¿Cuándo el gobierno de los Kirchner tomó en consideración la opinión de los docentes o evaluó las políticas educativas que aplicó impunemente por más de una década?
Esto no impidió que SUTEBA siempre tuviera una posición complaciente y de apoyo hacia el gobierno del Frente para la Victoria y una actitud de subordinación en las reuniones paritarias donde frecuentemente aceptó incrementos salariales muy por debajo de la inflación.
La calidad educativa no puede sacrificarse en nombre de las mal denominada “inclusión”. Las instituciones educativas, tal como su nombre lo indica, tienen por función primaria y fundamental el “educar” y no la “contención social”. Ésta última, de ser necesaria, deberá ser llevada a cabo por instituciones específicas del campo asistencial.
Nunca debemos olvidar que la escuela es un ámbito educativo y de socialización destinado a brindar conocimientos, desarrollar capacidades y formar en valores a las futuras generaciones de ciudadanos.
Reducir a la escuela a mera condición de una suerte de “guardería”, donde los padres depositan a sus hijos en las horas en que deben trabajar para mantenerlos alejados de las calles y sus peligros, es un grave error.
En la era del conocimiento, toda sociedad que desvirtué la verdadera esencia del sistema educativo pagará un muy alto precio por ello.
La mayoría de mis colegas docentes, con los cuales he hablado sobre el tema, apoyan la evaluación, aun cuando puedan discutir matices de su implementación. Para muchos incluso, un pago adicional de mil pesos es una buena ocasión de mejorar sus deprimidos salarios.
Por lo tanto, la actitud asumida por el SUTEBA sólo se explica desde una cerrada óptica partidista donde se pretende ocultar el fracaso de una política y de un gobierno a despecho del bien común de la sociedad y de los reales intereses de los docentes.

Tratándose del kirchnerismo esta actitud no puede sorprendernos.

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