domingo, 7 de febrero de 2016

MARRUECOS ENERGÍA LIMPIA PARA UN DESARROLLO SOSTENIBLE


UNA APUESTA A LA ENERGÍA LIMPIA
Marruecos avanza en su objetivo de buscar un desarrollo sostenible que contemple el reemplazo gradual de los combustibles fósiles por energías renovables y limpias.
En Marruecos existe un fortísimo déficit energético: el 94,6% de la energía primaria y el 18,1% de la energía eléctrica deben importarse. Pero al mismo tiempo, el país debido a su posición de grandes áreas con un potencial solar considerable, que suman más de 3.500 horas de sol al año, especialmente en sus provincias saharianas.
Es por ello que Marruecos está apostando fuerte a la energía limpia. El reino magrebí tiene un ambicioso programa de generación de energías renovables con el que aspira a proveerse en un 52% de sus necesidades energéticas en fuentes de energía limpia hacia el año 2030.
Para alcanzar este objetivo, deberá desarrollar entre 2016 y 2030 una capacidad adicional de 10.100 megavatios generados a partir de energías renovables distribuidos entre 4.500 megavatios generados con energía solar, 4.200 megavatios provenientes de energía eólica y 1.300 megavatios producidos por plantas hidroeléctricas.
NOOR I
En cumplimiento de estos ambiciosos proyectos el rey Mohamed VI acaba de inaugurar la primera fase de la que en breve será la mayor planta de energía solar del mundo.
La central termo solar de Uarzazate se encuentra enclavada en un paraje desértico entre las cadenas del Gran Atlas y el Anti Atlas. En un paraje que tiene una media de 3.000 horas de sol al año.
La primera fase de construcción del complejo, que se denomina Noor I (luz en árabe) acaba de ser inaugurada por el monarca alauí. La nueva planta abarca una superficie de 480 hectáreas y se conforma con 500.000 espejos curvados alineados en 800 filas. Noor I tiene una potencia inicial de 160 megavatios, una capacidad de almacenaje de tres horas y producirá energía limpia para abastecer las necesidades 700.000 hogares marroquíes evitando la emisión de 2,9 millones de CO² en los próximos diez años.
La primera fase del complejo Uarzazate que se acaba de inaugurar, comenzó a construirse en 2013. El comienzo de las obras provocó una verdadera revolución en la región al radicar en el lugar aproximadamente a 2.000 trabajadores y técnicos, de los cuales el 85% de los cuales eran marroquíes y los extranjeros mayoritariamente españoles.
La construcción de esta primera planta ha contado con una tasa de integración industrial (clave para los países en vías de desarrollo) del 30% para las compañías marroquíes, especialmente en los sectores de obra pública, cableado y metalurgia, mientras que funciones más especializadas han sido aportadas por ingenieros extranjeros.
Noor I fue adjudicada, en el 2013, en licitación internacional a un consorcio liderado por la empresa saudí Acwa Power, con la española Acciona como principal constructor a un costo de 900 millones de euros.
 Noor II, tendrá una potencia de 200 megavatios y un almacenamiento de energía de siete horas, ocupará una superficie de 680 hectáreas. Su construcción fue adjudicada, en 2015, a un consorcio formado por la saudí Acwa Power y la española Sener que ya han comenzado los trabajos. El costo de esta planta fue estimado en 1.800 millones de euros.
La tercera fase será la planta Noor III, que tendrá una capacidad de 150 megavatios y un potencial de almacenamiento de ocho horas. El costo de la planta ha sido estimado en 650 millones de euros.
Existe un proyecto para una cuarta fase, Noor IV, con capacidad para 70 megavatios.
Estas inversiones fueron posibles gracias a la relación especial que Marruecos ha establecido con la Unión Europea que, a través de su Plan Solar Mediterráneo, ha financiado este proyecto a través del Banco Europeo de Inversiones, la Agencia Francesa de Desarrollo, el Banco Público Alemán y el Banco Mundial.
A estos desarrollos en la región de Uarzazate se suman otros proyectos de plantas de energía solar cuyas construcciones están previstas llevar a cabo en la ciudad marroquí de Midelt (situada en el centro del país) y en las provincias del Sur, específicamente en El Aiún y Bujador.
El presupuesto previsto paras estos desarrollos en energía solar alcanzará un total de 8.100 millones de euros y situará a Marruecos a la cabeza del pelotón de países más comprometidos en la lucha contra el cambio climático.
Recientemente la organización ecologista alemana Germanwatch ha elaborado un índice que clasifica a los países según su contribución a la protección del clima, el único país en desarrollo que se sitúa entre los primeros diez que más protegen el clima es precisamente Marruecos.
Es precisamente por ello que, el próximo mes de noviembre Marruecos será el país anfitrión de la cumbre climática mundial COP22.
Estos desarrollos marroquíes han sido posibles por el firme compromiso de Mohamed VI en promover el desarrollo sostenido del Reino y, especialmente, por hacer de Marruecos un país estable, con altos niveles de gobernabilidad y muy previsible a largo plazo. Todo ello en un contexto africano por demás convulsionado.
Observando el alto número de inversiones extranjeras que eligen a Marruecos como destino final, la forma en que este país consigue grandes volúmenes de financiamiento internacional y su decidida vocación por mejorar su infraestructura se comprende el creciente nivel de liderazgo regional que ostenta el país magrebí.
Sin lugar a dudas Marruecos debe ser considerado como un nuevo BRIC.



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