viernes, 30 de diciembre de 2016

¿POR QUÉ SE FUE PRAT GAY?



El presidente Mauricio Macri se ve obligado a cambiar al ministro Alfonso Prat Gay ante el fracaso de la estratégica económica de su gobierno.
Cuando el pasado 26 de diciembre el presidente argentino Mauricio Macri resolvió sorpresivamente pedirle la renuncia a su ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, todos los observadores trataron de determinar las causas reales de esta decisión.
Desde el gobierno, y sus habituales voceros periodísticos, se deslizó la versión que atribuía el alejamiento del ministro a problemas de personalidad. Se deslizaba sutilmente la interpretación de que Prat Gay era un funcionario de gran talento y capacidad de trabajo, exitoso en su gestión, pero con un temperamento difícil, que confrontaba continuamente con sus colegas de gabinete e incluso que mantenía una tensa relación con el presidente.
No obstante, resulta difícil creer que un presidente cambie a un ministro exitoso por un conflicto de egos. ¿Si Macri hecho a Prat Gay por su gran ego, que debería hacer con la conflictiva y territorial ministro Susana Malcorra?
La política, al nivel de las relaciones entre un presidente y su gabinete de ministros, es ámbito de frecuentes choques de egos. Un primer mandatario perdería con mucha frecuencia a sus colaboradores más cercanos si no desarrollara la capacidad de tratar con personas que usualmente se consideran superiores o mejores a los demás.
Por lo tanto, la versión oficial -o mejor dicho la versión “extraoficial”- difundida desde la Casa Rosada no resulta muy creíble.
El gobierno, al mismo tiempo, insiste en afirmar que la gestión económica del ex ministro Prat Gay fue exitosa. En gran medida lo fue. Argentina salió del default, abandonó el cepo cambiario y realizó un blanqueo exitoso de los activos y propiedades que los argentinos mantenía ocultos y por los cuales evitaban pagar impuestos. Pero, no logró mucho más.
Es cierto también, que no toda la responsabilidad por el bajo rendimiento de la política económica es responsabilidad del ex ministro Prat Gay.
La economía argentina continúa bloqueada por una tóxica combinación de recesión -caída del PBI del 2%- e inflación elevada -40% anual-, también se ha disparado el déficit fiscal y crecido el endeudamiento externo.
Los “brotes verdes” que el gobierno esperaba en la economía para el último trimestre de 2016 no se han registrado.
Es difícil determinar cuándo responsabilidad tiene el ministro saliente en este problema y cuanta tienen otros funcionarios claves del área económica e incluso el propio presidente Mauricio Macri con algunas de sus decisiones.
El gobierno de Macri parece empeñado en conceder todas las demandas de los sectores con capacidad de confrontarlo: gobernadores y legisladores peronistas, sindicatos, agrupaciones piqueteras, etc. Esta política de continuas concesiones tiene altos costos económicos.
La negociación para la modificación del impuesto a las ganancias fue un claro ejemplo de la combinación de errores de instrumentación y limitaciones frente a los contrapoderes reales que enfrenta el actual gobierno argentino.
Lo cierto es que, el mayor costo político de este fracaso del gobierno, se descargó sobre el ministro Prat Gay a quien Macri apartó de las negociaciones finales sobre el impuesto, en el Congreso.
Fue entonces que Prat Gay decidió alejarse, cuando aún podía presentar una gestión aparentemente exitosa, o fue el presidente quien decidió descargar sobre su ministro el costo de la inoperancia y debilidad mostrada por gobierno durante esa frustrante negociación.
Por el momento al menos, resulta imposible descubrir la verdad.
Lo cierto es que la salida Prat Gay y también la de la presidente de la empresa estatal Aerolíneas Argentinas, Isela Constantini, son una clara señal de que el gobierno de Mauricio Macri se encuentra en crisis en medio de un año electoral.
Si quiere asegurar la marcha de su gobierno en los siguientes años, Mauricio Macri debe tener un desempeño aceptable en las elecciones legislativas de octubre de 2017. Para ello la actividad económica debe evidenciar signos de recuperación y la inflación debe estar bajo control.
Sin alguna señal de “brotes verdes”, Macri no podrá revalidar en las urnas su legitimidad como gobernante.

Esto requiere cirugía mayor y no tan sólo un cambio cosmético de un par de funcionarios. Pronto sabremos si el presidente está dispuesto a realizarla y si sabe como hacerla. 

jueves, 29 de diciembre de 2016

EL DILEMA DE LA CLASE MEDIA ARGENTINA


Un sector de la clase media argentina, que en las últimas elecciones voto por Mauricio Macri, actualmente ha perdido la esperanza de que la Argentina sea un país más predecible, seguro, próspero, con menos antagonismos, sin alianzas políticas espúreas y con mejor gobernabilidad.

EL VOTO MACRISTA

Mauricio Macri alcanzo la presidencia de Argentina con el apoyo del 51% del electorado. Esto significa que recibió el apoyo de votantes pertenecientes a todos los sectores sociales. Pero, es evidente, que su mayor apoyo provino de los estratos medios de la sociedad.

En medio de la grieta que divide a los argentinos, los votantes de Macri eran, en general, personas que aspiraban a un cambio en la marcha de los asuntos de su país. Aunque las motivaciones de los votantes eran diversas, los observadores coinciden en señalar que el apoyo a “Cambiemos” se originó en el rechazo a la demagogia populista y la soberbia del kirchnerismo, el cansancio ante el descarado culto a la personalidad alentado por la ex presidente, los reiterados y prolongados discursos de Cristina Kirchner por la cadena nacional de radiodifusión, la continua apelación al drama del terrorismo de Estado, en la década de los años setenta, para alentar la división, el revanchismo y el odio entre los argentino. También la corrupción impune, el clientelismo descarado y el asistencialismo estéril, entre otras muchas cosas más.

También pesaron al momento del voto las cuestiones económicas. En el campo las retenciones impositivas a las exportaciones agrícolas y la evidente hostilidad de los funcionarios kirchneristas contra el sector.

En la clase media urbana, el descontento con el kirchnerismo pasaba por el rechazo al “impuesto al trabajo”, el cepo al dólar, el desborde del presupuesto fiscal y la apelación a la emisión monetaria para sostenerlo con las correspondientes consecuencias inflacionarias.

En lo social, los sectores medios se quejaban de las endémicas protestas y piquetes que complicaban la vida cotidiana, el deterioro de los hospitales, escuelas y universidades públicas, que las rutas y caminos se tornaran intransitables por falta de mantenimiento, que no se construyeran redes cloacales, gasíferas o de agua corriente, etc.

Los sectores mejor informados, y seguramente más politizados, llevaban sus reclamos y rechazos a otros aspectos más complejos. Como ser, el creciente aislamiento internacional del país, que la política exterior se basara esencialmente en una alianza estratégica con Venezuela, Cuba, Bolivia y Ecuador y la confrontación con el resto del mundo. Se cuestionaba también que, después de catorce años, el país siguiera en default, sin crédito ni inversiones extranjeras, que el nivel educativo de la población descendiera año a año; que las fuerzas armadas estuvieran relegadas, faltas de equipamiento y presupuesto, etc.

La sociedad en su conjunto rechazaba los argumentos kirchneristas de que la “inseguridad” era una cuestión de “sensación”, de que los juzgados instalaran una “puerta giratoria”, en beneficio de los delincuentes y para cumplir con los preceptos ideológicos del garantismo zaffaroniano.

Por todas estas demandas y otras cosas más la gente votó un cambio en noviembre de 2015.

LOS LOGROS DEL PRIMER AÑO

Ha transcurrido un año desde entonces sin que los sectores que votaron por Macri registren un cambio positivo en la situación del país.

Es cierto que ha disminuido -sin desaparecer totalmente- el aislamiento internacional, el país ha salido por fin del default de la deuda externa, se eliminó el cepo cambiario y se redujeron sensiblemente las retenciones al agro.

También se cambió el estilo de gobernar. Hay muchísimo más republicanismo, menos personalismo y mayor y mejor funcionamiento de las instituciones democráticas. Se terminó con el discurso único, el revanchismo y la caza de brujas. Pero, además de promesas hay poco más que contar en el haber del nuevo gobierno.

Esta no es una columna económica, ni pretende serlo, pero no podemos dejar de consignar algunos aspectos económicos que percibe el argentino de a pie.

El sinceramiento de tarifas, en los servicios públicos, los combustibles y el transporte, disparo aún más la inflación. El impuesto a las ganancias lejos de eliminarse -como había prometido Macri en la campaña presidencial- se incrementó.

Estas medidas provocaron que la actividad económica descendiera sensiblemente y aumentara el desempleo.

Fue evidente para todos los observadores que el gobierno apelaba a la recesión (a través de una combinación de altas tasas de ahorro en pesos y un dólar barato) como instrumento para contener la inflación.

Como en otras ocasiones de la historia argentina, el peso de la crisis y el necesario ajuste financiero golpe impiadosamente a los sectores bajos y medios que vieron reducido el poder adquisitivo de sus salarios. Muchos de los más afectados eran decididos votantes del frente Cambiemos.

Si bien el gobierno aun cuenta con un amplio apoyo social, y muy probablemente también electoral, las demandas y cuestionamientos a la marcha del gobierno macrista crecen día a día.

ALTAS Y BAJAS

La clase media espera, entre otras cosas, ver a alguno de los notorios funcionarios corruptos del régimen kirchnerista entre rejas y con una condena firme.

Espera que se racionalice a la Administración Pública, depurándola de todos aquellos empleados y funcionarios innecesarios que nombró el gobierno anterior, que se creen mecanismo trasparente para el ingreso a la función pública, etc.

Pero, por el contrario, el gobierno irresponsablemente aumenta continuamente el número de ministerios sin contemplar adecuadamente el costo que estos nuevos organismos generan.

La clase media también espera que se contenga al gasto destinado al “asistencialismo” y la “contención social”, que consume gran parte de sus impuestos.

Pero, nuevamente el gobierno sigue el rumbo contrario. Asume compromisos para transferir 30.000 millones de pesos hasta el final de su gestión a las organizaciones piqueteras y de trabajadores desocupados. También alienta la creación de una “obra social piquetera” que no será más que otra caja recaudadora en manos de dirigentes sociales que han hecho de la protesta callejera una forma de vida y de militancia política. Todo ello al solo efecto de comprar la “paz social” en la navidad de 2016.

Las endémicas deficiencias del sistema educativo no han sido atendidas, ni se conocen planes de reforma del sector. Algo similar ocurre en áreas de medio ambiente, ciencia y tecnología o defensa.

No obstante, donde más se hacen sentir las falencias y la inacción es en campo de la seguridad. La ministro Patricia Bullrich muestra una inacción e inoperancia superlativa. Pero el presidente parece mirar hacia otro lado.

Mientras tanto, se multiplican los robos y asesinatos, el narcotráfico se enseñorea en extensas áreas del conurbano bonaerense, el Gran Rosario y otras zonas suburbanas. Al mismo tiempo, miembros de las fuerzas de seguridad frecuentemente se ven involucrados en hechos de corrupción y complicidad con la delincuencia.

LA ALTERNATIVA DE HIERRO

Ante este pobre balance del primer año de gestión, los sectores medios enfrentan una alternativa de hierro. Aunque no aprueba totalmente la marcha del gobierno de Mauricio Macri, las alternativas de recambio institucional en 2019 son, por el momento, peores.
Siempre está la amenaza de un retorno del caos kirchnerista con todos los protagonistas sospechados de corrupción y otros delitos.

Por otro lado, existe la alternativa de un gobierno peronista formado por kirchneristas tardíamente arrepentidos que, sin embargo, no reniegan de su tradición populista y demagógica.

Por ahora, la opción favorece a Mauricio, lo que nadie sabe con certeza es hasta cuando el presidente podrá seguir contando con el apoyo de la clase media si no es capaz de introducir mejoras en el funcionamiento de su gobierno.

Si realmente no se producen cambios llegará el momento en que serán los votantes los que produzcan cambios.

  

martes, 27 de diciembre de 2016

VENEZUELA CADA DÍA MÁS SOLA Y MÁS POBRE

Segunda Entrega

Venezuela termina el año en medio de la peor crisis económica y política de su historia, aislada internacionalmente, y sin que se avizore una alternativa de mejora para el sufrido pueblo venezolano.

UNA INFELIZ CHAVIDAD

Caracas termina el año casi a oscuras, con escasas luces decorativas, sin fuegos artificiales ni un alumbrado público poderoso que introduzca un poco de alegría y esperanza a la gente en las últimas horas del 2016.

El fin de semana último, la “Feliz Chavidad” que organizó el gobierno de Nicolás Maduro dejo a los venezolanos sin sus tradicionales “hallacas” (el típico plato elaborado a base de harina de maíz); impedidos de cumplir con la tradición de estrenar un atuendo nuevo en la Nochebuena y, lo que es aún más grave, con pocas bebidas alcohólicas con que aliviar sus penas.

Es que celebrar la Navidad al tradicional estilo venezolano puede significar afrontar una erogación promedio de 321.324 bolívares, es decir, el equivalente a doce salarios mínimos de un trabajador, eso tan sólo para alimentos.

Así que los venezolanos, que aún no se han recuperado totalmente del sofocón que les provocó la intempestiva decisión de Maduro de hacer caducar los billetes de cien bolívares, que constituyen el 60% del dinero circulante en el país caribeño; han debido restringir drásticamente su consumo navideño.

No sorprende entonces que, para muchos venezolanos, la navidad de 2016 será recordada como la más triste de su vida.

EL DRAMA DE LA OPOSICIÓN

También para los dirigentes de la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) serán unas festividades particularmente tristes.

No solo terminan el año sin haber logrado convocar a un referendo revocatorio para poner fin a la presidencia de Maduro, sino que también se han visto arrastrados a una instancia de diálogo, en la que no creían. Los dirigentes opositores se vieron presionados por la convocatoria papal a la que se sumaron la Unión de Naciones Sudamericanas y un conjunto bien intencionado de ex presidentes de la región.

La oposición se fijó como objetivos obtener un cronograma electoral, la liberación de los presos políticos, la apertura de un canal humanitario que permita a los venezolanos recibir ayuda humanitaria del exterior, y el reconocimiento de las atribuciones e independencia de la Asamblea Nacional. El gobierno chavista atendió ninguna de sus demandas.

El diálogo directo entre gobierno y oposición debería retomarse el próximo 13 de enero, pero la MUD se resiste a concurrir a la convocatoria ante la falta de una respuesta positiva a sus demandas.

Así se lo ha hecho saber al papa Francisco, el secretario ejecutivo del conglomerado opositor, el diputado Jesús Torrealba en una carta.

UN FUJIMORAZO EN EL HORIZONTE

Algunos observadores temen que el abandono de la instancia de diálogo por parte de la oposición pueda decidir al presidente Maduro a escalar en el conflicto, clausurando la Asamblea Nacional.

La eventual clausura del Parlamento en una suerte de “Fujimorazo”, sin embargo, tendría altos costos internacionales.

Una decisión de tal naturaleza implicaría un auténtico golpe de Estado y llevaría al régimen chavista a abandonar toda simulación de legitimidad democrática y se asumiría como lo que en realidad ha sido siempre: una dictadura populista.

En este caso, no solo se incrementará el aislamiento internacional de Venezuela, sino que el país seguramente deberá enfrentar sanciones económicas y políticas internacionales. Aunque dichas sanciones solo servirían para que el régimen chavista se radicalice aún más.

SOLA EN EL MUNDO

De todas formas, la situación internacional de Venezuela está actualmente sumamente comprometida.

Los países del Mercosur acordaron recientemente suspender la membresía de Venezuela en el grupo regional. El enfrentamiento se ha hecho particularmente intenso con la Argentina. Las relaciones entre ambos países se encuentran “congeladas” después de que Maduro calificara al presidente Mauricio Macri de “cobarde, ladrón y oligarca”.

Tampoco las relaciones entre Venezuela y Colombia, durante los años del régimen chavista, nunca fueron fáciles. Ambos países se cruzaron acusaciones diversas y vivieron momentos de tensión con cierre de fronteras y aprestos militares. Incluso actualmente, Venezuela ha cerrado su frontera a raíz del cambio de billetes.

El chavismo siempre ha desaprobado los fuertes vínculos que existen entre Colombia y los Estados Unidos. Ahora también cuestiona los recientes acuerdos que este país ha suscripto con la OTAN para intercambio de información y cooperación en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico.

No obstante, la geografía y los múltiples vínculos humanos y económicos entre ambos pueblos suelen imponer prudencia, a veces a último momento, a los gobernantes de ambos países.

CONFLICTO EN CUBAZUELA

Incluso los vínculos entre Venezuela y Cuba no pasan por el mejor momento. Han quedado lejos los tiempos de “Cubazuela”, cuando el “comandante eterno” Hugo Chávez, de visita en La Habana, en 2007, declara muy suelto de cuerpo: “En el fondo, somos un solo gobierno, un solo país.”

Durante varios lustros, Caracas sostuvo a la economía cubana con envíos de 100.000 barriles de petróleo diario, contrató a sus médicos y educadores para que llevaran a cabo “misiones” atendiendo las necesidades de la población en barrios carenciados y áreas deprimidas de la geografía venezolana. Además, otorgó otras ventajas comerciales a empresas cubanas.

También la Dirección de Inteligencia cubana (conocida como G-2) ha tutelado siempre al SEBIN venezolano, como una suerte de hermano mayor revolucionario.

La Revolución Bolivariana se asumió siempre como heredera de la Revolución Cubana. Pero, actualmente esa relación se ha debilitado considerablemente. Venezuela se ha visto obligada a reducir sus embarques de petróleo hacia Cuba a la mitad y esto no agrada al gobierno de Raúl Castro.

Adaptándose a las nuevas condiciones imperantes en la economía venezolana, la empresa Cubana de Aviación, dejó de operar con vuelos regulares a Caracas.

Hoy, La Habana prefiere apostar al turismo y las inversiones de los Estados Unidos para reemplazar la ayuda venezolana y parece dispuesta a soltarle la mano a Maduro si los costos superan los beneficios.

Si su aislamiento internacional se acentúa, Venezuela se hará cada vez más dependiente de sus alianzas con Rusia, China, Argelia y otros países de menor envergadura en el escenario internacional.


En este esquema, el próximo 13 de enero asoma como una fecha clave para saber qué rumbo tomará la crisis de venezolana.

lunes, 26 de diciembre de 2016

AVANCE DEL NARCOTRÁFICO SUDAMERICANO EN ÁFRICA


Un operativo conjunto de las policías de Marruecos y España, frente a la costa marroquí del Sáhara, que terminó en la incautación de 2,6 toneladas de cocaína sudamericana, acrecentó la preocupación de los gobiernos europeos por la mayor actividad de organizaciones del narcotráfico en la región.

A principio del corriente mes de diciembre, la Dirección General de Seguridad del Territorio (DGST) de Marruecos y la Policía Nacional de España llevaron a cabo un operativo conjunto contra las mafias del narcotráfico que comercializan cocaína sudamericana, a través de África y con destino final en Europa.

La operación permitió la captura de un embarque de 2.575 kilogramos de cocaína que se encontraba a bordo de un pesquero marroquí que operaba en aguas de este país frente a la ciudad de Dakhla, en la costa del Sáhara. También resultaron detenidas 18 personas en Marruecos y seis en España, entre estas últimas, un funcionario perteneciente a la oficina comercial de Colombia en Madrid.

La organización de narcotraficantes tenía un marcado carácter internacional debido a que sus operaciones abarcaban tres continentes. Además, estaba constituida por individuos pertenecientes a las FARC, mexicanos del Cartel de Sinaloa, narcotraficantes gallegos y marroquíes que traficaban con drogas desde Surinam.

La organización criminal desarticulada poseía gran capacidad económica y logística que le permitía operar con un abundante despliegue de medios, en especial barcos, para traficar cocaína por vía marítima, realizando trasbordos empleando hasta tres o cuatro embarcaciones en forma simultánea.

En este caso, la droga arribó a la zona del Golfo de Guinea en una embarcación sudamericana, siguiendo lo que la DEA estadounidense denomina la “Highway 10”, en referencia al paralelo 10, al norte de la línea del Ecuador. La ruta más corta que cruza el Atlántico y que usualmente emplean los narcotraficantes latinoamericanos para trasladar drogas de Colombia, Surinam o Brasil a las costas de Guinea y Guinea Bissau.

En el Golfo de Guinea, la droga fue trasbordada a un pesquero marroquí que navegó recorriendo las costas de Mauritania y Marruecos con rumbo a España. El pesquero fue interceptado por dos lanchas patrulleras y un helicóptero marroquíes frente a las costas de la ciudad turística de Dakhla. Al abordarlo las autoridades encontraron el cargamento de drogas, diez mil euros y diversa documentación.

Este operativo exitoso es una confirmación de que las rutas del narcotráfico operan activamente a través de África. Desde hace dos décadas los carteles sudamericanos de la droga han consolidado gradualmente la “ruta africana” para sus embarques con destino a Europa. Esto implicó el abandono de la “ruta del mar del Norte”, en el Atlántico, debido a las duras condiciones climáticas en ese mar y la “ruta mediterránea” por estar mucho más controlada, en especial en el Estrecho de Gibraltar.

Los carteles funcionan como empresas comerciales y van adaptando sus estrategias a las circunstancias. Hoy estas favorecen a la ruta que pasa por el África Occidental.

Si bien las rutas africanas de la droga no son un fenómeno nuevo, la creciente preocupación por controlar estas rutas llega de la mano del incremento de los volúmenes -se estima entre 35 y 45 toneladas de drogas anuales-, que llegan a Europa a través de ellas y de los cada vez más fluidos vínculos entre narcotraficantes, milicias separatistas y grupos del terrorismo yihadista.

Según estimaciones de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), la cocaína traficada a través de África Occidental alcanza un valor de dos mil millones de dólares anuales, mucho más que el PBI de algunos países de la región.

Según opinión de Pierre Lapaque, representante regional de la ONUDD para África Occidental, el continente africano ofrece grandes facilidades para el accionar de los carteles de la droga. Allí hay Estados Fallidos con escaso o nulo control territorial, extensas fronteras desérticas, fuerzas de aplicación de la ley escasamente profesionales y capacitadas, altos niveles de corrupción gubernamental y proliferación de grupos armados necesitados de financiamiento, etc.

Como ocurre siempre que un país o una región se convierte en zona de tránsito de la droga, una parte sustancial de la misma se comercializa en el lugar para financiar la operación de traslado de la misma y al mismo tiempo ampliar el mercado de consumo local.
“África está destinada a convertirse en el mercado a futuro para las drogas sudamericanas”- asegura Pierre Lapaque.

Explicando su afirmación, el funcionario francés de la ONUDD con sede en Dakar explicó: “El perfil del consumidor de drogas es el de un hombre de 25 años o menos. Ahora que los mercados estadounidense, canadiense y europeo están completamente saturados, los beneficios y el crecimiento son limitados, y a los narcotraficantes les cuesta cada vez más encontrar compradores potenciales. Así que han tenido que buscar en otros lugares en busca de mercados incipientes. En el futuro, el negocio de la droga se desarrollará en zonas donde una gran parte de la población tiene 25 o menos años y cuyo poder adquisitivo ha crecido. Así que están apuntando a África. Hoy, la mitad de la población que vive en África tiene menos de 25 años. Y teniendo en cuenta que se trata de un mercado emergente, el consumismo ha aumentado tanto como el acceso a las drogas ilegales. Es un mercado económico con un potencial descomunal; parece evidente que África podría convertirse en el mercado del futuro para las drogas ilegales.”

En opinión del jefe de la oficina regional de la OUNDD, todos los grupos armados que operan en la región: AQMI, Daesh, Frente Polisario, Ansar Al Dine, Al Mourabitoun, etc.; están implicados de una forma u otra y a distintos niveles con las actividades del narcotráfico.

Una muestra de la creciente preocupación por la expansión del narcotráfico en África Occidental, son las declaraciones efectuadas por la ministro de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, afirmando que “servicios de inteligencia de otras naciones nos confirmaron que los grupos del narcotráfico pagan peaje a los grupos terroristas africanos para llevar a cabo sus operaciones de tráfico a través del territorio sujeto a su control.”

Esperemos que las autoridades, al tomar conocimiento de la expansión de esta actividad criminal, actúen en consecuencia para controlar la cada vez más importante autopista del narcotráfico a través de África.

En especial, para impedir que los grupos separatistas y terroristas se fortalezcan con los cada vez más prósperos negocios del narcotráfico en la región.    



martes, 20 de diciembre de 2016

EL ATENTADO EN BERLÍN FAVORECE A LA ULTRADERECHA


Los profetas del odio de la derecha alternativa alemana responsabilizan a la política migratoria de Ángela Merkel por los atentados terrorista que ha sufrido el país en los últimos meses.

SANGRE EN LA BREITSCHEIDPLATZ

A las 20.15 horas del lunes 19, un camión negro de gran tonelaje Scania, con matrícula GDA08J5, perteneciente a la ciudad polaca de Danzig, propiedad de la empresa polaca de transportes Ariel Zurawski, que transportaba una carga de acero a Berlín irrumpió en la zona peatonal de la Breitscheidplatz.

La zona de Breitscheidplatz es una de las más turísticas de Berlín. Se encuentra situada al oeste de la ciudad y se caracteriza por albergar un gran número de comercios, restaurantes y hoteles, además del famoso zoológico y de la Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm.

El camión que se desplazaba a una velocidad de 65 km por hora, realizó un recorrido de ochenta metros por un mercado navideño arrollando a su paso a decenas de personas hasta que un grueso piso detuvo su marcha. El saldo fue de doce personas muertas -incluido el chofer polaco del camión hallado muerto de un disparo en la cabeza en el interior de la cabina- y cincuenta heridos, entre ellos dieciocho de suma gravedad.

Cuando las autoridades alemanas, con un exceso de prudencia -o quizá para calmar a la población- aun no querían admitir que el hecho constituía un ataque terrorista, por Twitter, una organización denominada Fuerza de Movilización Popular de Irak, una franquicia de Daesh, se adjudicó el hecho.

Al principio, se pensó en un acto de oportunismo por parte de este grupo para adjudicarse la acción de un “lobo solitario” sin conexión con el hecho. Pero, más tarde la agencia de noticias Amaq, que se considera vinculada al grupo que dirige Abu Tbakar al Baghdadi, aseguró que el autor del ataque era “un soldado del califato”.

En un principio, las autoridades detuvieron a un inmigrante paquistaní, de 23 años, pero veinticuatro horas después debieron liberarlo por falta de pruebas.

Los expertos internacionales, como el español Chema Gil, del Institute of Global Security señalaron inmediatamente los vínculos de esta metodología terrorista con el atentado en Niza, el pasado 14 de julio, cuando Mohamed Lahouaiej Bouhiel, un joven tunecino afincado en Francia desde hacía varios años, arrolló con un camión frigorífico blanco a la multitud que esperaba los fuegos artificiales del Día Nacional de Francia, asesinado a 86 personas e hiriendo a muchas más.

Consultado por Total News, minutos después de conocerse el atentado, Chema Gil declaró, entre otras cuestiones, que: “Conforme se debiliten las posiciones de Daesh en Siria e Irak, más apelará a acciones terroristas en Europa para demostrar que mantiene importancia internacional y capacidad operativa”.

OTROS ATAQUES TERRORISTAS

Cabe recordar que Alemania ha sufrido, en los últimos tiempos, ataques o intentos de atentados terroristas, vinculados al terrorismo yihadista y en los que jugaron un rol importante inmigrantes islámicos.

Muchos alemanes se estremecieron, a principios de año, cuando una niña de 15 años hirió de gravedad a un policía al clavarle en el cuello un cuchillo de cocina en la estación de trenes de Hannover.

Más tarde, en el pasado mes de julio, un adolescente afgano de 17 años, que había entrado en Alemania como refugiado, hirió en un tren de Baviera a cuatro pasajeros, tres de ellos de suma gravedad. El atacante, que llevaba un hacha y un cuchillo, había jurado fidelidad al Daesh. Murió a manos de la policía cuando trataba de huir.

Luego un niño de tan sólo doce años “fuertemente radicalizado”, según el informe de los investigadores, intentó en el último mes cometer dos atentados en la ciudad de Ludwigshafen, al oeste del país. Los dos intentos fallaron y el sospechoso está ahora, con el visto bueno de sus padres, en manos de los servicios sociales.

El precoz terrorista, un alemán-iraquí nacido en Ludwigshafen, en 2004, aparentemente se radicalizó por la influencia de un “miembro desconocido del Estado Islámico”. El primer intento de atentar se produjo el pasado 26 de noviembre cuando el niño colocó un artefacto que no llegó a explotar en el mercado navideño de su ciudad. El 5 de diciembre último, lo volvería a intentar al dejar una mochila llena de clavos y material explosivo en los alrededores de un centro comercial cercano al Ayuntamiento. La policía detuvo al niño-terrorista gracias al aviso de un transeúnte que vio lo ocurrido.

La consecuencia más inmediata de estos hechos, protagonizados por inmigrantes que se radicalizan en su fe islámica, es el avance los grupos islamofóbicos y de derecha alternativa en Alemania. Este país ha recibido, desde 2015, a 1.130.000 inmigrantes musulmanes, por lo tanto, los alemanes se sienten amenazados y hasta defraudados cuando alguno estos inmigrantes cometen delitos, y más aún, atentados terroristas. El temor a los inmigrantes es inmediatamente explotado en su beneficio por los “predicadores del odio” de la ultraderecha alemana.

EL CRECIMIENTO DE LA DERECHA ALTERNATIVA ALEMANA

Entre los grupos etnocnacionalistas que alimentan el odio racial se cuenta el movimiento social islamófobo conocido por el acrónimo de “PEGIDA” -Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Patriotische Europäer Gegen Islamisierung Des Abendlandes)-. Desde su aparición en Dresde, en octubre de 2014, se ha extendido por varias ciudades alemanas y europeas.

Otro grupo de derecha alternativa que ha cobrado gran importancia debido a su oposición a la inmigración musulmana es la Alternativa para Alemania - Alternative für Deutschland, sigla -AfD-, creado el 14 de abril de 2013, en Berlín, y liderado actualmente por Frauke Perry, un joven Doctor en Ciencia Política de cuarenta años. Este partido ha pasado de un 3% de apoyo electoral a casi un 20% debido a que ha sabido canalizar la frustración de los alemanes con su retórica agresiva y xenófoba y sus propuestas de abandonar el euro, volver al marco y abandonar a los países europeos en problemas financieros.

Recientemente, Frauke Perry, no ha dudado en decir que “los guardias de fronteras deberían apuntar sus armas contra quienes traten de entrar al país de manera ilegal”. En la misma línea de pensamiento, el líder de AfD en Renania del Norte-Westfalia, el eurodiputado Marcus Pretzell se refirió al atentado en la Breitscheidplatz como “los muertos de Merkel”.

Estos partidos amenazan la hegemonía de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania, el partido de la canciller Ángela Merkel, que ha hecho de su política de acogida de los refugiados de las guerras en Medio Oriente un tema central.

Ahora, los atentados que involucran a refugiados generan un serio cuestionamiento para esta política de puertas abiertas y crean las condiciones propicias para avancen los partidarios del etnonacionalismo.


lunes, 19 de diciembre de 2016

EN EXALTACIÓN DE LA CRUZ EL PRO SE APRONTA PARA GOBERNAR EL MUNICIPIO


El PRO ha comenzado a movilizar sus cuadros en la provincia de Buenos Aires en preparación para las elecciones de medio turno en 2017. Raúl Sancho, en exaltación de la cruz, da el pistoletazo de partida.

En el Partido de Exaltación de la Cruz, provincia de Buenos Aires, el PRO responde a las directivas del joven abogado y funcionario del Ministerio de Seguridad bonaerense, Raúl Sancho. Aunque no obtuvo la intendencia en 2015, realizó una excelente campaña que lo sitúo en segundo lugar muy cerca del Frente para la Victoria, una variopinta alianza de peronistas, kirchneristas y vecinalistas que, con diversos sellos electorales, controla el municipio desde 1987.

Ahora, los representantes locales del presidente Mauricio Macri calientan motores con vistas a incrementar sustancialmente su representación en el Consejo Deliberante de Exaltación de Cruz.

Sus perspectivas parecen ser muy buenas. La población del Partido muestra un profundo descontento con la gestión del intendente Adrián Sánchez que ha descuidado las calles y caminos del Municipio, no tiene respuestas para los problemas de inseguridad ni para ningún otro de los males que afectan al municipio.

Un especial malestar local provocan el abusivo costo de los peajes sobre las rutas nacionales 6 y 8, así como la demora en los trabajos de ensanche de la ruta 8, que ponen en peligro la seguridad vial en el Partido.

Pero Adrián Sánchez parece, al menos por el momento, más preocupado por la marcha de sus negocios inmobiliarios que por encontrar soluciones a las demandas de la gente de Exaltación de la Cruz que ya no sabe cómo quejarse de la inacción municipal. Para empeorar las cosas, el Consejo Deliberante, dominado por el oficialismo, ha incrementado sustancialmente las tasas municipales.

Precisamente en el gran descontento con la actual gestión municipal radican las esperanzas del PRO de imponerse en las próximas elecciones. A ello se suma la buena imagen de la gobernadora María Eugenia Vidal que seguramente traccionará votos provinciales a las listas locales del PRO.

Mientras tanto, Sancho consolida el espíritu de la militancia con frecuentes reuniones, visitas por el municipio y conversaciones con los vecinos para conocer sus problemas y buscar soluciones.

El pasado sábado 17, el PRO organizó un asado para dirigentes y militantes con motivo del cierre del año. Unos doscientos militantes se reunieron en el Salón Unikos de la ciudad de Los Cardales para festejar el fin del año y escuchar las orientaciones de Sancho para las próximas elecciones.

El clima era festivo y los asistentes confiaban en que sus perspectivas electorales eran óptimas. Tendremos que esperar hasta octubre de 2017 para saber si esto es cierto.


domingo, 18 de diciembre de 2016

VENEZUELA CADA DÍA MÁS POBRE Y MÁS SOLA


Primera Entrega

La prolongada crisis económica e institucional que padece Venezuela va agotando sus alianzas regionales y sumiendo al país en un aislamiento internacional sin precedentes en la historia.

La presente nota es la primera entrega de una serie destinada a reseñar la compleja situación que hoy vive el país caribeño.

EL CORRALITO VENEZOLANO

El gobierno venezolano se debate entre la inoperancia y el cambio de las condiciones internacionales -descenso de los precios del petróleo- que impiden la recuperación de la economía. Venezuela registra el peor desempeño entre los 190 países relevados por el FMI en 2016. Su mercado se retraerá un 8%, por encima de otras débiles economías mundiales como Sudán del Sur o Guinea Ecuatorial, y muy por arriba de lo que se contrajo en 2015, que fue el 5.7%.

Esta semana, el presidente Maduro ordenó el retiro de todos los billetes de 100 bolívares en circulación en el plazo de 72 horas, aunque luego extendió el plazo hasta el 2 de enero, prometiendo su reemplazó por otros billetes de mayor denominación. Estos billetes constituyen entre el 60 y el 70% de la masa monetaria del país, aunque al cambio en el mercado paralelo 100 bolívares equivales a 5 centavos de dólar.

Al mismo tiempo ordenó el cierre de las fronteras con Colombia y Brasil para evitar que reingresen los billetes venezolanos que por diversas causas salieron del país.
La medida, que en un principio fue interpretada como un nuevo acto irracional del temperamental mandatario, en realidad encierra el propósito de reducir bruscamente el dinero circulante en el país y por ende terminar con la hiperinflación, que el FMI ha estimado en 475% para el año que finaliza.

Lógicamente, la medida descarga brusca y brutalmente el peso de la crisis económica sobre la población de menores recursos, en especial sobre los que viven de la economía informal, los campesinos y habitantes de las zonas rurales y fronterizas. Estas personas no están bancarizadas en absoluto y terminarán acumulando en sus manos un pequeño monto de billetes que no tendrán curso legal ni valor real. Se estima que sólo el 40% de la población venezolana posee una cuenta bancaria.

La medida se complementa con la carencia de billetes de mayor denominación (500, 1.000, 2.000, 10.000 y 20.000 bolívares) para el recambio, lo que obliga a los venezolanos a entregar todo su dinero físico a cambio de un asiento contable en un banco, que sólo el Estado venezolano sabrá cuándo, cómo y a quién le reintegrará en billetes.

En otras palabras, se trata de una expropiación lisa y llana del dinero de los venezolanos por parte del gobierno chavista.

Aunque la modalidad en que se ha instrumentado la medida es original. La cuestión de fondo -apropiación del ahorro del pueblo por parte de un Estado autoritario e ineficaz- no es nueva en América Latina.

EL CASO ARGENTINO

Los argentinos solemos pasar, aproximadamente cada diez años, por crisis similares. Quién ha vivido varias décadas como yo, debe recordar varias situaciones similares.
Recordemos, por ejemplo, los títulos públicos del “Empréstito de Recuperación Nacional del 9 de Julio” que fueron emitidos por el Ministro de Economía, Álvaro Alsogaray, en el año 1962, por la suma de 15.000 millones de pesos moneda nacional, con un interés del 7 % y por un plazo de 25 años.

Dentro de esta emisión se realizaron también “Certificados Fraccionarios” y “Títulos Provisorios” que se utilizaron para el pago de haberes a empleados del Estaodo y jubilaciones. El dinero de los bonos enseguida se devaluó y en 1963 representaba el 70 por ciento del real.

En el año 1963 se acortó el plazo original de 25 años, reduciendo la vida del empréstito a diez años. Finalmente, en 1967, los bonos se cotizaban al 1% de su valor nominal. Algunos bancos e inversores audaces hicieron un gran negocio, la población perdió buena parte de sus ingresos. El último servicio de amortización de estos títulos públicos se efectuó en agosto de 1972.

En 1975, la presidente María Estela Martínez Carta de Perón, asesorada por su ministro y secretario privado José López Rega, permitió que el ministro de Economía, Celestino Rodrigo aplicara una política de shock, que los argentinos recordarían como “El Rodrigazo”, incrementando brutalmente el costo de los combustibles, la energía, los impuestos y otras cargas. La medida disparó la inflación al 100% en pocos días licuando los ahorros en pesos de la población y generando desabastecimiento y encarecimiento de los bienes de consumo. Luego la inflación fue incrementándose gradualmente, hasta arribar al 400% en los días previos al infausto 24 de marzo de 1976, en que los militares llevaron a cabo el último golpe de Estado militar en Argentina.

El 17 de noviembre de 1982, se llevó a cabo la estatización de la deuda de los grandes grupos empresarios privados. Durante la presidencia de facto del general Reynaldo Bignone se estatizó la deuda privada por un monto aproximado de U$S 15.000 millones. El Presidente del Directorio del Banco Central de la República Argentina era por entonces Domingo Felipe Cavallo, quien tendría incidencia en otras etapas de fuerte crecimiento de la deuda pública de nuestro país, en los gobiernos democráticos subsiguientes.

Todos los argentinos agradecemos a Raúl Alfonsín por ayudarnos a recuperar la democracia, en 1983, pero no somos pocos los que recordamos el desquicio económico que se vivió durante su gobierno.
En febrero de 1985, el presidente Alfonsín designó ministro de Economía a Juan Vital Sourrouille -quien asesorado por Roberto Lavagna- implementó una política económica de atacar frontalmente a la inflación. El 14 de junio, Alfonsín y Sourrouille anunciaron por televisión la puesta en marcha el llamado Plan Austral, por el que se creaba una nueva moneda, el “Austral”. El Plan Austral funcionó bien durante los primeros años, en octubre la tasa de inflación mensual fue del 2%, una tasa inusualmente baja desde 1975.
En 1987, la inflación comenzó nuevamente a ascender y los precios relativos de cada sector comenzaron a verse afectados, situación que se vio agravada por la gran caída de los precios de los productos argentinos de exportación (40% en el período). El gobierno anunció entonces una flexibilización de las estrictas normas de congelación de precios establecidas un año atrás que no dio gran resultado. El programa terminó cuando, hacia 1988, un rebrote inflacionario forzó a crear un nuevo programa, conocido como “Plan Primavera”, que no logró evitar la escalada de precios.
El Plan Primavera duró poco. Los operadores cambiarios lo rechazaron, no generó confianza. En abril de 1988, Argentina entró en moratoria del pago de su deuda externa. A comienzos de 1989, el Banco Mundial suspendió su ayuda a la Argentina. El 5 de febrero, el ministro Sourrouille y el presidente del Banco Central, José Luis Machinea y el secretario de Hacienda del Ministerio de Economía, Mario Brodersohn, decretaron un feriado bancario por 48 horas. Ante los rumores de inestabilidad, se inició una corrida masiva hacia el dólar. La inflación, que, en febrero de 1989, era del 9,6% mensual, alcanzó 78,4% en mayo y el dólar subió el 2.038% con respecto a 1983.
El caos económico derivó en cortes programados de luz, saqueos y muertos en las calles. Finalmente, Raúl Alfonsín terminó “resignando” su cargo seis meses antes del fin del mandato presidencial.

El contador Ermán González, uno de los tantos ministros de economía que designaría el presidente Carlos S. Menem puso en marcha el Plan Bonex, que causo un profundo impacto en la población y significó una gran pérdida para los tenedores de depósitos a plazos fijos. Consistía en la incautación, por parte del Estado, de los depósitos a plazo fijo que se hallaban en el sistema financiero, siendo restituidos a sus propietarios en títulos de la deuda externa a diez años de plazo. Se emitieron a tal efecto los Bonos de Consolidación (BOCON) en moneda nacional o en dólares para cancelar las obligaciones consolidadas. El Plan Bonex provocó inmediatamente una importante caída de la liquidez.

Años más tarde, al presidente Fernando De la Rúa y a su ministro de Economía, José Luis Machinea, no les fue suficiente el reducir los salarios de los empleados públicos y de las jubilaciones en un 13%, poner el IVA a la medicina prepaga, a la educación privada y a la televisión por cable, para encauzar la economía argentina. En diciembre de 2000, el ministro Machinea negoció un paquete de salvataje de cerca de 40.000 millones de dólares, denominado “Blindaje”, que postergaba pagos de capital e intereses a efectos de aliviar la situación financiera del estado y recuperar la confianza. No obstante, el riesgo país alcanzó los 5.700 puntos.
A pesar de la medida, en marzo de 2001, comenzó la fuga de depósitos de los bancos. En enero de 2001 había depósitos por US$ 85.000 millones. Para marzo se habían perdido más de 5.000 millones.
De la Rúa decidió convocar una vez más a Domingo Cavallo para que se hiciera cargo del ministerio de Economía. Cavallo incrementó brutalmente la deuda externa que deberían pagar los argentinos.
En junio de 2001, el gobierno de De la Rúa pidió ayuda complementaria al FMI y a los bancos privados para reducir la presión de la deuda externa realizando el llamado “Megacanje” por US$ 29.500 millones. Sin embargo, la recesión y la fuga de capitales continuaron a ritmo acelerado, con el agravante adicional del descontento provocado por las medidas de ajuste que formaban parte de las condiciones solicitadas por el FMI a cambio de su ayuda.
Ante el incremento del retiro de fondos de los bancos, en noviembre los depósitos habían caído a US$ 67.000 millones, el gobierno, con fecha 3 de diciembre de 2001, estableció el llamado “Corralito”.
Que establecía un máximo para los retiros de dinero de los bancos en $ 250 o U$S 250 por semana
Los objetivos eran evitar la fuga de depósitos y la especulación sobre una posible salida de la convertibilidad. Con esto en mente, el gobierno de De la Rúa-Cavallo realizó una jugada desesperada para detener la amenaza de un crack bancario, imponiendo una retención forzada de los depósitos y la pretendida “bancarización” de todas las transacciones, a través del uso de las tarjetas de débito y crédito.
Como ocurre actualmente en Venezuela, al restringir bruscamente la liquidez monetaria estas medidas ahogaron todo movimiento económico, paralizando el comercio y el crédito, rompiendo las cadenas de pago y asfixiando, tanto a la “economía informal” como a “informal” de la cual dependía la subsistencia cotidiana de una porción significativa de la población.
La tensión social se incrementó con la medida, que resultó ser sumamente impopular para los ciudadanos, sobre todo los pertenecientes a la clase media. De la Rúa terminó renunciando a mitad de su mandato presidencial.
Tras la caída de De la Rúa, el hasta entonces gobernador de la provincia de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá asume como presidente y declara el default de la deuda pública de la Argentina, la mayor suspensión de pagos de un estado en la historia. Pero como Rodríguez Saá tampoco quiso abandonar la convertibilidad y hacer recaer el costo sobre las personas de clase media y baja de Argentina, fue obligado a dimitir tras sólo una semana de gobierno. El 3 de enero de 2002 sumió como presidente, el senador bonaerense Eduardo Duhalde, el principal caudillo peronista de la provincia de Buenos Aires.
Al asumir, Duhalde aseguró que “... van a ser respetadas las monedas en que fueron pactados originalmente los depósitos (...) el que depositó dólares recibirá dólares...el que depositó pesos recibirá pesos.” Pronto se vería que no sería así.
El 6 de enero de 2002, el gobierno de Duhalde promulga la “Ley de Emergencia Pública y Reforma del Régimen Cambiario” que deroga la convertibilidad y pesifica los créditos otorgados por el sistema financiero. Con fecha 9 de enero, el gobierno que establece un nuevo tipo de cambio oficial en 1,40 pesos por dólar estadounidense. Asimismo, reglamenta la pesificación de las deudas de las personas físicas y jurídicas de acuerdo al esquema de cambio de un peso ($ 1) = un dólar estadounidense (US$ 1) y manteniendo las demás condiciones originariamente pactadas.
Por último, el gobierno establece la reprogramación (fecha en que los titulares podían acceder a su dinero) de los depósitos en cajas de ahorro, cuentas corrientes y depósitos bancarios a plazo fijo, de acuerdo a un cronograma en función de los montos depositados.
El 3 de febrero, el gobierno establece que todos los depósitos en dólares estadounidenses u otras monedas extranjeras existentes en el sistema financiero, serán convertidos a pesos a razón de pesos uno con cuarenta centavos ($ 1,40) por cada dólar estadounidense. En el mercado paralelo la divisa estadounidense se cotizaba a razón de $4 por dólar.
Al mismo tiempo todas las deudas en dólares estadounidenses u otras monedas extranjeras con el sistema financiero, cualquiera fuere su monto o naturaleza, serán convertidas a pesos a razón de un peso por cada dólar estadounidense o su equivalente en otra moneda extranjera. El deudor cumplirá con su obligación devolviendo pesos a la relación indicada. Estableciéndose de este modo la llamada “pesificación asimétrica” en la cual las deudas con el sistema financiero fueron pesificadas a razón de un peso por dólar, pero los depósitos en moneda extranjera fueron reconocidos por las entidades financieras a razón de $ 1,40 = US$ 1, 00. La diferencia fue reconocida por el gobierno nacional con un bono que se le entregó solo a los bancos para compensar dicha “asimetría”. Posteriores modificaciones permitieron una conversión de deudas en moneda extranjera más amplia, generando una importante licuación de pasivos de empresas, financiadas por el gobierno nacional.
El corralito finalizó oficialmente el 2 de diciembre de 2002, cuando el Ministro de Economía Roberto Lavagna anunció la liberación de los depósitos retenidos por alrededor de 21.000 millones de pesos. La medida fue acompañada por controles cambiarios, por los cuales no se permitió a ninguna persona o empresa adquirir más de 100.000 dólares.
El corralito terminó siendo, como en otras ocasiones, una brutal confiscación de capital, tanto para los pequeños ahorristas como para las pequeñas industrias marginadas del sistema de crédito. En tanto que, para el Estado, los bancos y las grandes empresas terminó siendo un buen negocio.

Hasta aquí la historia de las sucesivas apropiaciones del dinero en manos del pueblo argentino por el Estado y otros grandes actores financieros. Esperemos que no tengamos que agregar otro infortunado capítulo a esta historia, esta vez protagonizado por Mauricio Macri.

Como puede apreciarse los argentinos tenemos muy poco de que sorprendernos u horrorizarnos de los sucede estos días en Venezuela.

UNA OPORTUNIDAD PARA LA OPOSICIÓN

Mientras tanto, el país caribeño sufre las lógicas y previsibles protestas (que ya se han cobrado la vida de al menos cuatro personas) de quienes, con justa razón, se sienten estafados por el gobierno chavista.

Si a la oposición le quedan algunos reflejos políticos, este es el momento de retomar la iniciativa perdida con la infructuosa “Mesa del Diálogo”. Es cuestión de olvidar rencores y diferencias para cerrar filas, montarse sobre el descontento ciudadano y propinar el castigo final a un gobierno desorientado, aislado y que pasa por su peor momento, arrinconado contra las cuerdas.

En nuestra siguiente entrega sobre la situación en Venezuela analizaremos la crisis diplomática desatada entre el país caribeño y las naciones del Mercosur, en especial Argentina.