lunes, 28 de diciembre de 2015

ARGELIA SE LINDA ANTE LA CRISIS


 
UNA ECONOMÍA EN CRISIS

Argelia, el país más extenso del continente africano y un importante proveedor de hidrocarburos para la Unión Europea, enfrenta actualmente una aguda crisis institucional y socioeconómica que proyecta sus efectos sobre todo el norte de África.

Con el 85% de su territorio desértico -además, pierde anualmente 40.000 hectáreas de su de por sí escasa tierra cultivable-, la economía argelina es muy poco diversificada. Los hidrocarburos constituyen el 97% de sus exportaciones totales, el 37% del PBI y el 63% de los ingresos fiscales del Estado. Es por ello, que la economía argelina ha entrado en crisis después del brusco descenso del precio internacional del petróleo.

Para mantener un cierto grado de paz social el gobierno destina el 30% del PBI a subsidiar los precios de los productos básicos de consumo y emplea al 60% de los trabajadores formales. Sin embargo, la desocupación afecta al 30% de los jóvenes y el 25% de la economía real transcurre en la informalidad.

LA GOBERNABILIDAD AMENAZADA

En Argelia la gobernabilidad se ha visto seriamente afectada en los últimos años por el descenso del precio del petróleo, la debilidad del dólar y diversos factores institucionales.

La naturaleza del régimen argelino es difícil de definir porque presenta rasgos híbridos entre una democracia tutelada por los militares y una dictadura de partido de inspiración soviética.

Aunque periódicamente se realizan elecciones presidenciales, el poder, desde 1999, se concentra férreamente en manos de Abdelaziz Bouteflika del histórico Frente de Liberación Nacional. Pero, actualmente el presidente de 78 años enfrenta serios problemas de salud después de sufrir un accidente cerebro vascular en abril de 2013, que ha afectado -no se sabe bien en que grado- su capacidad para regir los destinos del país.

El lento eclipse del anciano líder, está generando una sórdida lucha por el poder en el círculo más íntimo del gobierno argelino. Sin embargo, el secretismo propio de este tipo de regímenes autoritarios impide saber con certeza quien gobierna actualmente y quién podría heredar el poder una vez que Bouteflika deje definitivamente el escenario político.

La crisis de gobernabilidad ha generado protestas esporádicas en los últimos años, que el régimen ha conjurado aplicando fuertes medidas represivas.

En enero y febrero de 2011, una suba de precios en diversos productos básicos y el contagio de los sucesos ocurridos en Túnez dispararon protestas que provocaron al menos cinco muertos -tres de ellos por inmolarse al estilo bonzo- y seiscientos heridos. Para controlar la protesta el gobierno encarceló a más de mil personas, debió anular el aumento de los precios y otorgó un sustancial incremento de salarios para conjurar la crisis.

En octubre de 2014, fueron los propios agentes de policía quienes marcharon en protesta por las calles de Argel demandando mejoras salariales.

El 8 de julio de 2015 estalló un conflicto intercomunitario entre mozabitas bereberes y árabes en Ghardïa, localidad del centro de Argelia próxima al yacimiento de gas natural de Hassi R`Mel, debido a la decisión gubernamental de apelar al fracking para la producción de hidrocarburos. Los dejaron un saldo de al menos de 22 personas y cientos de heridos y detenidos.

Además, Argelia registra una activa presencia de grupos yihadistas. Recordemos que en enero de 2013, el ataque contra la planta de gas de Tinguentourine, en la wilaya (provincia) de In Amenas. En esa ocasión, un comando integrado por al menos 32 terroristas de varias nacionalidades perteneciente al grupo `Al Moulathamin -Los que firman con sangre- un grupo vinculado a Al Qaeda en el Magreb Islámico -AQMI-, que lideraba el conocido yihadista argelino Mokhtar Belmokhtar, “Mister Malboro”, capturó las instalaciones tomando a más de 800 rehenes en su mayoría técnicos extranjeros. La recuperación de la planta dejó un saldo de 37 rehenes muertos todos -salvo un guardia argelino- extranjeros y 32 terroristas muertos.

En abril de 2014, los terroristas de AQMI asesinaron a 11 soldados en una emboscada realizada en Cabilia.

En septiembre de 2014, la filial argelina del grupo yihadista Estado Islámico, los denominados Jund al-Khilafat -Soldados del Califato- secuestró y decapitó al súbdito francés Hervé Gourdel.

Entre enero y julio de 2015, las fuerzas de seguridad afirmaron haber acabado con la vida de 202 yihadistas en enfrentamientos.

Sin embargo, en julio de 2015 otra emboscada de AQMI, esta vez en Ain Defla, culminó con el asesinato de 14 soldados argelinos.

Además, el importante think thank americano, The Soufan Group, estima que al menos unos trescientos argelinos combaten en las Filas del Estado Islámico en Siria, Irak y Libia.[i]

En respuesta a esta conflictiva situación en materia de seguridad el gobierno de Boteuflika ha apelado a concentrar su estructura se seguridad en manos de la Gendarmería Nacional. Este organismo ha incrementado continuamente su personal y sus funciones desde la asunción del presidente. Así pasó de 50.000 efectivos en el año 2000 a los135.000 en la actualidad. Además, absorbió a la Agrupación de Guardias de Fronteras (GGF) encargada de proteger los 5.511 kilómetros de fronteras terrestres de Argelia.

Mientras que la otrora poderosa Dirección de Inteligencia y Seguridad (DRS, en sus siglas en francés) era progresivamente mutilada al perder la Dirección de Seguridad Interior (contraespionaje), la Dirección General del Servicio de Protección del Presidente, la Unidad de Inteligencia Económica, el Grupo de Intervención Especial -tropas comando-, el Centro de Comunicación y Difusión y su Servicio Central de Policía Judicial. Además, perdió otras funciones como el control de las escuchas telefónicas, la facultad de prohibir la salida de ciudadanos del país sin intervención judicial y sus facultades para intervenir en la acreditación de corresponsales extranjeros en Argelia.

EL ARSENAL DEL MAGREB

Por otra parte, debemos recordar que Argelia registra el gasto militar más elevado de África. En 2014, Argelia invirtió 11.862 millones de dólares en armamentos, una suma que representó el 5,4% de su PBI. Ocupa para ello el séptimo lugar entre los veinte estados que dedican a sus presupuestos de defensa del 4% de su PBI. Argelia tiene las fuerzas armadas más numerosas entre todos los estados del Magreb y del Sahel.

En 2014, Argelia adquirió un portahelicópteros comprado en Italia, un lote de 48 sistemas de defensa antiaérea a Rusia y 50 cañones autopropulsados a China, y tiene pendiente recibir de Rusia dos submarinos y 42 helicópteros de combate, y de Alemania 926 transportes blindados de personal.[ii]

CONCLUSIONES

Los problemas de gobernabilidad de Argelia unidos al reforzamiento de las estructuras represivas y al desarrollo de una competencia armamentística en la región sahelo-sahariana es un factor de gran inestabilidad nos sólo para el Norte de África sino también para todo el Mediterráneo.

Al efecto basta, recordar que ocurrió cuando los grandes arsenales y medios militares acumulados por dictadores, como Saddan Hussein en Iraq, Muammar Gaddafi en Libia y Bashar Al-Assad en Siria, terminaron en manos de grupos yihadistas.

Resulta inquietante imaginar qué puede ocurrir con los recursos petroleros y gasíferos de Argelia y los grandes arsenales que acumula este país, sí el régimen argelino finalmente colapsa y los grupos yihadistas toman el control de parte de estos recursos.    

 

 



[i] THE SOUFAN GROUP: Foreihn Fighters. An updated Assessment of the Flow of Foreign Fighters into Syria and Iraq. Washington. Diciembre 2015.
[ii] ECHAVERRÍA JESÚS, Carlos: La situación de seguridad en Argelia. Real Instituto El Cano, Documento de Trabajo 19/2015. Madrid. 23 de diciembre de 2015.

jueves, 24 de diciembre de 2015

BURUNDI OTRO GENOCIDIO ANUNCIADO

UN PAÍS POCO CONOCIDO

Quiero plantearle al amigo lector un pequeño juego preguntándole: ¿Cuánto conoce usted de Burundi? ¿Sería usted capaz de ubicar a este país en globo terráqueo? ¿Sabe el lector que Burundi es probablemente el segundo país más pobre del planeta, azotado por frecuentes hambrunas y por una epidemia de VIH-SIDA?
Si no conocía estos datos no se sienta mal. Yo tampoco conocía demasiado de este pequeño país centroafricano, con población mayoritariamente católica, hasta que descubrí que sus nueve millones de habitantes estaban a punto de involucrarse en una más de sus frecuentes guerras civiles.

La última, finalizó hace algo menos de una década. Las luchas políticas, los crímenes de guerra y la limpieza étnica, son endémicas en Burundi y las víctimas se cuentan por cientos de miles. Ahora este país africano se haya a las puertas de una nueva tragedia humanitaria.
UN ANTIGUO REINO SUMIDO EN LA TRAGEDIA

Antigua colonia alemana primero y luego belga por un mandato de la Sociedad de las Naciones, antecesora de la ONU, al finalizar la Primera Guerra Mundial, Burundi es una pequeña república situada en la región de los grandes lagos del África Oriental.
Carente de una salida al mar, Burundi limita al Norte con Ruanda, Tanzania al Sur y el Este y con la convulsionada República Democrática al Oeste.

Su pequeño territorio -de menos de 28.000 km²- constituye la sexta parte de la superficie del Uruguay, país a quien triplica en población.
Los burundeses pertenecen a una de tres etnias. Los mayoritarios son los agricultores conocidos como hutus (84%), seguidos de los belicosos pastores tutsis (15%) y finalmente están los pigmeos twas (menos del 1%).

Burundi se encuentra densamente poblado -315 habitantes por km²- y la mayoría de su población vive en el campo.
HUTUS Y TUTSIS

Burundi fue cuna de antiguos reinos centroafricanos. A partir del siglo XVI, una tragedia separaría a ambas etnias para siempre. Los principales jefes tutsis realizaron unas campañas militares contra los hutus, acabando con sus príncipes, a los cuales, de forma cruel y simbólica, cortaron los genitales y los colgaron en los tambores reales buscando humillar a sus contrincantes y recordarles que estos, los hutus, eran súbditos de los tutsis.

A pesar del dominio de los tutsis, las diferencias socioeconómicas no eran muy pronunciadas. Aunque el pertenecer a uno u otro estamento definía el estatus social, un hutu, por ejemplo, podía ascender de clase si poseía las suficientes propiedades; sin embargo, ya había comenzado una relación de vasallaje dominada por la etnia menos significativa en la zona, los tutsis.

En los siglos XVIII y XIX, los reyes tutsis habían afianzado su dominio. La mejor organización del clan real Nyiginya controlaba todo el país. La etnia militar y social de los tutsis excluyo totalmente del poder a la mayoritaria etnia hutu hasta que, en 1899, los alemanes derrocaron al rey Mwezi Gisabo y convirtieron al país en una parte del África Oriental Alemana.

Al final de la Primera Guerra Mundial, el Imperio Alemán desapareció para dar paso a la República de Weimar. En 1921, la Sociedad de las Naciones puso a Burundi bajo mandato del Reino de Bélgica.

Durante estos años, los colonizadores belgas apelaron a tácticas racistas para consolidar su dominación. Argumentaron que los tutsis eran racialmente superiores a los hutus y por tanto crearon un carné étnico (1934) que otorgaba a los tutsis mayor nivel social y mejores puestos en la administración colonial. Está política acabó institucionalizando definitivamente las diferencias sociales.

INDEPENDENCIA Y VIOLENCIA

En 1962, el país recuperó su independencia y se restableció la monarquía tutsi en la persona del rey Mwambutsa IV. Al amparo del régimen monárquico los tutsis monopolizaron aún más los puestos de poder extendiendo su dominio a los cuadros de oficiales en las fuerzas armadas y de seguridad.

En 1966, la monarquía fue derrocada y los militares tutsis comenzaron a disputarse el poder con una serie de sangrientos golpes de Estado y dictaduras militares. Los tutsis impusieron su control estableciendo un partido único la Unión para el Progreso Nacional -UPRONA-.

Las violentas luchas étnicas no cesaron en ningún momento. En la mayoría de las ocasiones las confrontaciones entre hutus y tutsis asumían la forma de grandes matanzas donde los aldeanos de una etnia atacaban a una aldea de la etnia rival armados simplemente con machetes, lanzas y garrotes. Los ataques no respetaban a nadie. Mujeres, niños y sacerdotes eran ultimados sin piedad en la forma más horrenda. Los heridos y cadáveres simplemente yacían amontonados en el lugar en que caían y las precarias viviendas con frecuencia terminaban siendo incendiadas.

En 1973, el gobierno tutsi llevó a cabo un genocidio contra los hutus masacrando a 210.000 personas y expulsando de sus tierras a otros 80.000 hutus. En la lucha también perecieron unos 10.000 tutsis.

En 1988, los rebeldes del Partido del Movimiento de Emancipación Hutu (Parmehutu) masacraron a 5.000 tutsis en el Norte del país. Entre 1993 y 1994 se repitieron las matanzas de tutsis a manos de los hutus.

Aunque los datos son muy imprecisos se estima que medio millón de burundeses perecieron en las luchas étnicas entre 1985 y 1994.

El 27 de junio de 1993, se realizaron las primeras elecciones multipartidarias en Burundi. Se impuso Melchior Ndadye, un dirigente hutu perteneciente al Frente para la Democracia en Burundi, pero duró poco en su cargo. El 21 de octubre de 1993, los militares tutsis llevaron a cabo un nuevo golpe de Estado asesinando al presidente hutu. Nuevamente, estalló la violencia interétnica.

Durante gran parte del conflicto, el Consejo Nacional para la Defensa de la Democracia – Fuerzas para la Defensa de la Democracia (CNDD-FDD) fue el principal grupo hutu rebelde que operaba en el país, los rebeldes lograron controlar importantes zonas del país.

A principios de 1994, el Parlamento eligió a otro presidente, Cyprien Ntaryamira, pero en abril del mismo año murió junto con el presidente de la vecina Ruanda cuando mercenarios franceses derribaron el avión en que viajaba cerca de Kigali. La ola de matanzas entre hutus y tutsis desemboco en una guerra civil que afecto a Burundi y Ruanda por una década dejando un millón de muertos.

En el año 2000, las diversas facciones burundesas llegaron a un Acuerdo de Paz en Arusha. Gradualmente se puso fin al conflicto y se estableció un sistema de poder compartido entre ambas etnias, aunque algunos grupos no abandonaron la violencia hasta 2008.

LA VIOLENCIA ACTUAL

La guerra civil entró en una pausa cuando el Parlamento, en 2005, designó a Pierre Nkurunziza, un hutu que se reconoce como cristiano “renacido”, perteneciente al CNDD-FDD ahora convertido en partido político. También se acordó un nuevo texto constitucional. El mandato presidencial se estableció en cinco años con posibilidad de una única reelección.

Nkurunziza fue reelecto en 2010. A comienzos de 2015, el presidente apeló a una curiosa interpretación del texto constitucional para anunciar que presentaría su candidatura para un tercer mandato.

El anuncia de esa candidatura generó el 15 de mayo de este año un intento de golpe de Estado protagonizado por el general Godofreid Niymbaré hasta entonces director del Servicio de Inteligencia.

Pero, Nkurunziza no sólo logró retener el poder, sino que también obtuvo que el Tribunal Constitucional de Burundi autorizara su nueva candidatura.

El 24 de julio de 2015, en elecciones marcadas por el fraude y la violencia extrema, el presidente logró una nueva reelección al imponerse por el 69,41% de los 2,8 millones de votos válidos.

La violencia étnica y política ha rebrotado en Burundi, durante todo el año 2015, más de mil personas han perdido la vida en forma cruel y otros 150.000 se ha convertido en refugiados asilándose en los países vecinos.

La ONU teme que la insistencia de Nkurunziza en perpetuarse en la presidencia a despecho de la resistencia de los sectores opositores agudice nuevamente la violencia étnica, no sólo en Burundi sino en los estados vecinos también poblados por hutus y tutsis, degenerando en un nuevo genocidio.  

 

sábado, 19 de diciembre de 2015

EL FIN DEL ESTADO FALLIDO EN LIBIA


 
Con la firma del llamado “Acuerdo Político de Libia”, en la ciudad marroquí de Skhirat, situada a unos treinta kilómetros de Rabat, entre las principales facciones libias para la constitución de un gobierno provisorio se ha logrado un sustancial avance en el proceso de paz y estabilización de este conflictivo país del Magreb.

LA CRISIS EN LIBIA

Desde febrero de 2011 se desarrolla en Libia una sangrienta guerra civil. En esa fecha el país fue alcanzado por la onda expansiva de la “Primavera Árabe” que se iniciara poco antes en Túnez. La muerte de Muamar el Gadafi, en octubre de 2011, lejos de pacíficar al país generó un enorme vacío de poder seguido de encendidas luchas tribales y religiosas. Libia se convirtió, desde entonces, en un “Estado Fallido”, sin ley y sin gobierno, que amenaza la estabilidad de todo el Norte de África.

Tras la caída de Gadafi, los jóvenes combatientes que habían luchado contra su régimen no entregaron las armas y pronto se adueñaron del gobierno asaltando el Parlamento y secuestrando al primer ministro. Luego de lo cual se repartieron los cargos públicos, se apropiaron del dinero y saquearon los bien provistos arsenales del dictador libio.

La existencia de numerosas milicias bien armadas hizo que al poco tiempo la guerra civil recrudeciera con inusual virulencia. El 14 de febrero de 2014, el general Jalifa Haffar, quien había logrado movilizar a parte del antiguo ejército que había desertado de las filas de Gadafi en 2011, y que más tarde se había sentido marginado y amenazado por los islamistas, difundió un comunicado en el que ordenaba la suspensión del Congreso General Nacional –CGN-, dominado por los islamistas, tras el rumbo a la deriva que había tomado el país y proponía la formación de una comisión presidencial hasta que se celebraran nuevas elecciones. Después de cruentos combates entre islamistas y moderados el país quedó dividido en dos bandos.

Por un lado. los islamistas, que controlan la capital, Tripolí. Su coalición, “Amanecer de Libia”, incluye a las Brigadas de Misrata, de las ciudades del Oeste del país y de la minoría bereber, así como a otros grupos de tendencia islamista. Han resucitado al Congreso General Nacional –el antiguo Parlamento- y han elegido un “gobierno de salvación nacional” encabezado por Jalifa al Gauil. Sin embargo, ni un solo país extranjero ha reconocido a su gabinete.

El otro bando, que contó con reconocido internacionalmente hasta el pasado mes de octubre, es el gobierno con sede en las ciudades de Tobruk y Al Baida, al este del país, y presidido por Abdulá al Thini. Cuenta con la Cámara de Representantes, el Parlamento elegido en las elecciones de junio de 2014. Recientemente, este bando se ha fusionado formalmente con “Operación Dignidad”, el grupo que responde a la conducción del general Jalifa Haffar. También forman parte de esta coalición moderada las milicias de la ciudad de Zintán, situada al Oeste, las cuales, antes controlaban Trípoli y su aeropuerto internacional junto con los guardias “federalistas” de las instalaciones petrolíferas conducidas por Ibrahim Jadran.

Los dos bandos tienen posiciones diametralmente opuestas. Los que tienen su sede en Tobruk proclaman que están luchando contra los terroristas islamistas, mientras que los instalados en Trípoli afirman que lo hacen contra los residuos del régimen de Gadafi.

Ante la falta de una autoridad central, el país ha sufrido cada vez más la actividad terrorista de grupos como el Estado Islámico o milicianos vinculados a Al Qaeda y se ha convertido en un baluarte para los traficantes de personas y otros grupos criminales.

ENTRA EN ESCENA EL ESTADO ISLÁMICO

En el último año, el brazo libio del Estado Islámico izó por primera vez la bandera negra del grupo sobre la ciudad portuaria de Sirte, ubicada en el noreste de la costa mediterránea. Situada a unos trescientos kilómetros de la isla italiana de Sicilia, esta ciudad fue el último refugio de Gaddafi y constituye el corazón de una región rica en petróleo. Para evaluar la importancia de esta ciudad debe considerarse que entre Sirte y la frontera con Egipto se sitúa el 66% de las reservas petroleras de Libia.

Las fuerzas del Estado Islámico han comenzado a aplicar sus medidas rigoristas en Sirte: obligando el velo para las mujeres, prohibiendo la música y los cigarrillos, cerrando las tiendas durante las oraciones y aplicando la Sharia o ley islámica. Incluso asesinaron a un popular imán conservador, Khalid bin Rajab Ferjani, por rehusarse a jurarles lealtad. Cuando sus seguidores intentaron levantarse, los extremistas mataron a tres docenas de ellos, crucificando a cuatro en una concurrida rotonda vehicular.

El Estado Islámico ha nombrado un “emir en Trípoli”, un tunecino conocido como Abu Talha, que comanda a unos dos mil combatientes la mayoría de ellos voluntarios extranjeros y que ha establecido una Policía Islámica, una Corte Islámica, una oficina de impuestos y un registro de los negocios para poder recolectar dinero.
EL DRAMA HUMANITARIO

Este choque de intereses y rivalidades tribales y políticas ha provocado la muerte de unas tres mil personas tan sólo en 2014, a los que se suman otros seiscientos mil libios desplazados (de una población total de seis millones de habitantes) y a un incierto número de desaparecidos, a menudos víctimas de la violencia política.
Existe aproximadamente 1.700 grupos de milicianos en Libia que controlan unos 120 millones de hectáreas. En ocasiones cada barrio de una ciudad o cada pequeña población es el dominio de una milicia local independiente.
Además, unos 177.000 inmigrantes africanos aprovecharon la falta de un gobierno en Libia para atravesar su territorio rumbo a Europa. Unos 140.000 refugiados procedentes de Libia lograron alcanzar las costas europeas.

EL PROCESO DE PAZ
A comienzos de año, después de muchos desacuerdos las principales facciones libias aceptaron participar de un complejo proceso de paz, el “diálogo interlibio” que se desarrolló en la ciudad de Skhirat, con la activa participación de la diplomacia local.

En julio de 2015, representantes de los dos parlamentos rivales suscribieron el llamado Acuerdo de Shkirat que puso fin a las hostilidades entre ambos sectores, aunque no logro la integración del país.
Ahora, se alcanza la culminación de un largo proceso de paz que insumió catorce meses de tensas negociaciones que pusieron a prueba la capacidad de la diplomacia marroquí y la habilidad de los integrantes de la Misión de Apoyo de la Naciones Unidas en Libia (MANUL) Para alcanzar la formación de un gobierno de unidad nacional.

Los representantes del Congreso de los Diputados de Tobruk, Mohamed Chuaib, y del Congreso Nacional General, con sede en Tripoli, Salah Majzum, suscribieron el Acuerdo Político de Libia en presencia de representantes de la sociedad civil.
La firma de Acuerdo se realizó en presencia de las más altas autoridades del país anfitrión, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación de Marruecos, Salaheddine Mezouar, y los presidentes de las dos Cámaras de Parlamento marroquí, respectivamente Rachid Rachid Talbi Alami y Mohamed Cheikh Biadillah, el Representante Especial del Secretario General de la ONU, Martín Kobler, los ministros de Relaciones Exteriores de España, Italia, Turquía, Túnez y Qatar y varios embajadores extranjeros como observadores.

EL ACUERDO POLÍTICO DE LIBIA
Es nuevo acuerdo contempla la apertura de una etapa de transición política en la que se constituirá un embrión de gobierno de unidad nacional que va a supervisar en el plazo de un año la redacción de una nueva Constitución que será aprobada mediante un referéndum, al que seguirá la realización de elecciones libres para escoger a los nuevos miembros de un Parlamento y Gobierno constitucionales.

En esta etapa de transición el gobierno estará en manos de un Poder Ejecutivo integrado por un presidente, designación que caerá en la persona de Fawzi Sarraj, dos vicepresidentes y tres ministros de Estado que conformarán el “Consejo Presidencial” en representación de la sociedad civil, los consejos especiales y el poder legislativo. El Consejo Presidencial, en el lapso de un mes, deberá designar a los titulares de los distintos ministerios de un futuro gobierno de unidad que tendrá su sede en Trípolí.
Junto al Gobierno de Unidad Nacional, el poder legislativo estará representado por el Congreso de Diputados (actualmente instalado provisionalmente en Tobruk) que pasará a ser en esta etapa de transición el único órgano legislativo del país.

En cuanto a los miembros del parlamento rival (el Consejo Nacional General que tenía su sede en Trípoli), pasarán a formar un Consejo Superior de Estado, una especie de órgano consultivo al que el gobierno de unidad nacional someterá los proyectos de ley antes de presentarlas ante el Congreso de Diputados.

El acuerdo también contempla la implementación de “medidas de confianza” destinadas a la aplicación de las leyes relacionadas con los desaparecidos, los desplazados y los inmigrantes. La tarea prioritaria será mejorar la seguridad poniendo en plena vigencia las leyes, para lo cual se deberá desarmar a las milicias incorporando a sus combatientes en las futuras fuerzas de seguridad y armadas, las cuales deberán ser profesionales y apolíticas. Al mismo tiempo, el nuevo gobierno deberá restaurar la plena soberanía libia sobre todo su territorio expulsando a las milicias del Estado Islámico de su baluarte en Sirte.

Por su parte, al subrayar que los resultados del actual proceso de paz son producto de la intensa y armónica colaboración entre Marruecos y la ONU, el ministro Salaheddine Mezouar aseguró que: “El Reino de Marruecos, que acompañó a los hermanos libios desde el principio de este proceso, se compromete, conforme a las instrucciones de Su Majestad el Rey Mohamed VI, a no escatimar ningún esfuerzo para aportar un apoyo político, técnico y pragmático según las necesidades expresadas por los hermanos libios.” “Lo más importante para Marruecos -resaltó el Ministro- es la estabilidad de Libia, su integridad territorial, su soberanía nacional y la dignidad de su pueblo, y hacer frente a las tentativas de todos los que procuran transformar Libia en un polvorín preparado a estallar y abrasar su entorno regional.”

REPERCUSIONES INTERNACIONALES

La firma del Acuerdo Político de Libia concitó destacados apoyos internacionales. La Alta Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Federica Mogherini, celebró la firma del Acuerdo advirtiendo que la Unión “ya no mantendrá más contactos oficiales con individuos que dicen ser parte de las instituciones no validadas por el acuerdo político libio” y anunció la entrega de un paquete de ayuda por cien millones de euros.

En el mismo sentido se expresó el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, diciendo “acojo con satisfacción la firma hoy en Skhirat del acuerdo político libio. Esta firma es un paso importante por la senda de la paz y la estabilidad del pueblo libio”.

Los países europeos esperan que el nuevo gobierno de unidad nacional en Libia sea capaz de pacificar el país, combatir eficazmente al Estado Islámico, contenga la inmigración ilegal y poner en pleno funcionamiento la industria petrolera local.

CRECE EL ROL INTERNACIONAL DE MARRUECOS

La participación de Marruecos en el proceso de pacificación de Libia ha significado para este país importantes reconocimientos internacionales a su liderazgo regional. Así lo expresaron entre otros los ministros de Relaciones Exteriores de Italia, Paolo Gentiloni, de Turquía, Mevlut Cavosoglu, de Qatar, Khaled ben Mohamed Alattiyah, de Túnez, Taib Baccouche y de España, José Manuel García-Margallo.

Cabe destacar entre estos reconocimientos el formulado por el representante del Secretario General de la ONU, Martín Kobler quién agradeció a Marruecos por “sus esfuerzos al albergar y facilitar estas discusiones y a S.M. el Rey Mohamed VI que acompañó el proceso de diálogo interlibio con determinación.

También el vocero del Departamento de Estado, John Kirby durante el briefing diario de la diplomacia estadounidense señaló: “Los Estados Unidos expresan su gratitud al Reino de Marruecos por sus esfuerzos para hacer avanzar el proceso de la ONU” a fin de encontrar una solución para la crisis en Libia.

Con el éxito logrado en la creación de un gobierno estable en Libia, una vez más se hace evidente el liderazgo que el Reino de Marruecos ejerce no sólo en la región del Magreb sino también en todo el continente africano.

Al contribuir a pacificar Libia, Marruecos ha contribuido sustancialmente a estabilizar tanto la región del Magreb como al resto de África, a atenuar el drama humanitario de los refugiados que diariamente arriesgan su vida partiendo desde las costas libias hacia Europa y a reducir el flujo de armas y combatientes que alimentan otros conflictos africanos.

Es evidente, que Marruecos constituye el único interlocutor confiable para las potencias occidentales en África.

jueves, 3 de diciembre de 2015

TRASCENDENTES DEFINICIONES EN LA CUMBRE DEL CLIMA DE PARIS





OPINAN LOS LÍDERES MUNDIALES

Esta semana se desarrolló la Cumbre del Clima en Paris de la que tomaron parte 150 jefes de Estado y de Gobierno preocupados por preservar nuestro hogar común para las futuras generaciones.

Las declaraciones más significativas pertenecieron al presidente François Hollande que como anfitrión del encuentro señaló que: "La transición energética es una obligación moral".

También fueron muy relevantes las intervenciones de los presidentes Xi Jinping y Barck Obama. China y los EE. UU. No sólo son las mayores economías del planeta sino también los mayores emisores de gases efecto invernadero del planeta –juntos comprenden el 40% de las emisiones-.

En su alocución el presidente Obama señaló: "He venido aquí personalmente como líder de la mayor economía del mundo y el segundo emisor. EE. UU. no sólo reconoce su papel en crear este problema sino que asumimos nuestra responsabilidad de hacer algo al respecto."

Mientras que con menos autocrítica su colega chino prometió que "Todas las acciones ecológicas van a pesar en nuestros planes de desarrollo."  

Sin embargo, ninguno de los dos jefes de Estado se comprometió en la concreción de un acuerdo vinculante en materia de emisiones, como había propuesto el presidente Hollande.

INTERVENCIÓN DE MOHAMMED VI

La intervención del Rey de Marruecos despertó gran interés entre las delegaciones presentes. Marruecos será la sede de la próxima Cumbre del Clima a llevarse a cabo en la ciudad de Marraquech en 2016 y es un país líder en materia de preservación del medio ambiente y en el empleo de energías alternativas de carácter renovable.

El discurso del rey de Marruecos fue leída en la sesión inaugural de ésta conferencia por el Príncipe Moulay Rachid, en presencia de Mohammed VI.

La alocución comenzó señalando que no debemos privar a nuestros hijos “de los bosques, océanos y costas, ni tampoco de los distintos recursos naturales emblemáticos que constituyen el más valioso patrimonio de nuestra humanidad.”

Agregando luego que: “La época de la vacilación y escepticismo ya no se puede tolerar; otro tanto se hará de aquí en adelante con la coartada de las falsas prioridades para una Comunidad de las Naciones que, durante mucho tiempo, aceptó dar la espalda al devenir y futuro de todos sus hijos.”

“Durante mucho tiempo, hemos evitado mirar. Durante mucho tiempo, demasiado tiempo, hemos retrasado el momento de la conciencia, jugando con hipótesis que luego se revelaron como subterfugios.”

“Ahora la realidad la tenemos delante; el hielo que se derrite, el nivel de los mares y océanos que se eleva, las costas que paulatinamente se corroen, los recursos hídricos enrarecidos, producciones agrícolas amenazadas e inundaciones cada vez más mortíferas que relevan a sequías que lo mismo asolan.”

PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE

Para luego reseñar las políticas de protección ambiental implementadas por el Reino en los últimos cincuenta años: “Empezando por el agua, fuente de vida y obsesión cotidiana y vital para todos los marroquíes. ¿Qué hubiera sido de Marruecos, en este contexto, sin la política de presas, una opción pionera y visionaria puesta en marcha desde hace más de 60 años por Nuestro Augusto Padre, el llorado soberano Su Majestad el Rey Hassan II, Dios le tenga en Su Misericordia?”

“Conscientes de la importancia que supone este logro estructural y central para el futuro de Marruecos, Hemos velado por su refuerzo, lo que ha permitido al Reino dotarse de 140 grandes presas clasificadas, casi la tercera parte de las cuales, construidas durante los 15 últimos años.”

“Gracias a esta política, Marruecos se enfrenta a los efectos de la sequía, mientras que en algunos países desarrollados, un simple retraso estacional de lluvias, suscita una alerta que se califica de sequía excepcional y aguda.”

“El compromiso del Reino se ha traducido también en el desarrollo de las presas de captación, que permiten canalizar el agua, sin destruir ni desestabilizar los ecosistemas.”

“Por otra parte, en el marco de unas negociaciones con sus socios, y no sin dificultades, Marruecos ha establecido y defendido una política de pesca responsable para proteger sus recursos haliéuticos.”

“Desde la toma de conciencia de la urgencia climática en Río, el año 1992, el Reino inscribió, de manera decidida, su política voluntarista en materia de desarrollo sostenible y de protección del medio ambiente, dentro del esfuerzo global de la Comunidad internacional, a través de una serie de reformas constitucionales, legislativas, institucionales y reglamentarias.”

“La Carta del Medio Ambiente, el Plan Marruecos Verde, el Plan de la Inversión Verde, la prohibición de los OGM y la reciente ley sobre los desechos plásticos, son tantas expresiones de esta movilización y de esta coherencia.”

Al respecto cabe señalar que Marruecos ha sido un país precursor en lo que hace a la implementación de estrategias de desarrollo ecológico en todos los sectores. Su enfoque ha estado en sintonía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas aprobados en septiembre de 2015. Sin embargo, el compromiso de Marruecos con el crecimiento ecológico es anterior a los ODS: el derecho a un medio ambiente sostenible y un desarrollo sostenible fue consagrado en la reforma constitucional de 2011.

En sintonía con esta visión, el doctor Hakima El-Haite, ministro delegado marroquí encargado de Medio Ambiente, ha calificado recientemente al desarrollo sostenible como “el equilibrio entre el desarrollo económico, la movilidad social y la protección de los recursos, de manera que queden suficientes recursos para nuestros hijos y nuestros nietos.”

Este compromiso de Marruecos con el medio ambiente se traduce en un amplio conjunto de reformas –incluidas las reformas a los subsidios a la energía, la zonificación costera, la regulación de la contaminación y la gestión de la pesca que le han dado un gran prestigio internacional al país, que se prepara para ser anfitrión de las próximas conversaciones sobre el cambio climático después de París.

ENERGÍA VERDE

“Por último –señalo el Rey-, animado por el mismo planteamiento que privilegia el largo plazo, el Reino de Marruecos se ha erigido recientemente en uno de los principales actores de la transición energética en el mundo, y de modo particular, en el continente africano.”

“Por ello, el objetivo del 42% que había sido fijado con respecto a la aportación de las energías renovables a nuestras necesidades en 2020, ha sido recientemente elevado al 52% en el horizonte de 2030.”

Cabe mencionar al respecto que Marruecos tiene una difícil situación en materia energética: debe importar el 95% de sus necesidades de energía. Pero al mismo tiempo tiene excepcionales condiciones geopolíticas en este campo. Por su territorio pasa el gasoducto Magreb-Europa y las interconexiones de las redes eléctricas en España y Argelia. Es, por lo tanto, un nexo de unión clave en la integración progresiva de los mercados eléctricos y de gas entre los países magrebíes y el mercado interior europeo.

Además, el territorio marroquí alberga viento con una velocidad media de 10 m/s en numerosas zonas y más de 3.000 horas de sol al año, todo lo cual le da excepcionales condiciones para el aprovechamiento de las energías verdes.

Consciente de ello, Mohamed VI ha impulsado la construcción y ampliación de cinco parques solares a lo largo y ancho de la geografía marroquí –Ouarzazete que con una potencia de 500 MW producirá 1.150 GWh al año, Aïn Beni Mathar, a 80 km al sur de Oujada, Sebjate Tah, en la localidad de Tarfaya, Foum Al Ouad, a 20 km al sur de El Aaiún y Cabo Bojador, situado en el extremo sur- con una inversión de más de 6.000 millones de dólares.

Marruecos prevé que, hacia 2020, el 42% de la electricidad producida en Marruecos -15% de la energía total- provenga de fuentes energéticas limpias, y, por otro, alcanzar una producción de 6GW de energías renovables (2 GW de solar, 2 GW de eólica y 2 GW de hidráulica).

Según el Organismo Nacional para el Desarrollo de las Energías Renovables y la Eficiencia Energética, las industrias marroquíes del sector privado ya generan unos 500 megavatios de energía eólica para uso local.

EL VOCERO DE ÁFRICA 

Finalizando su discurso, Mohamed VI asumió la representatividad regional de todo el continente al señalar: “El continente africano merece una atención particular; un continente que se despierta y se revela en todos sus rincones, tomando confianza en sí. Por lo tanto es en África, continente del futuro, donde se jugará el porvenir de nuestro planeta.”

“En este contexto, la promoción de las transferencias de las tecnologías y la movilización de las financiaciones, prioritariamente a favor de los países en desarrollo, vienen a ser fundamentales. Asimismo, se ha de tomar en consideración que estos países no tengan que elegir entre el progreso de su economía y la protección del medioambiente.”

“Su participación en la lucha contra los efectos del cambio climático ha de tomar en consideración, igualmente, el modelo de desarrollo y los hábitos de los individuos en todos los países.”

RECORDATORIO A LAS VÍCTIMAS

La alocución del Rey de Marruecos finalizó con una referencia de solidaridad con las víctimas de los recientes atentados ocurridos en Paris: “El mantenimiento y el éxito de la presente Conferencia constituyen el mejor homenaje que podemos rendir a las francesas y franceses alcanzados por el terrorismo abyecto, a la vez que representa la mejor respuesta al obscurantismo y a los enemigos de la humanidad.”

Sólo resta conocer el documento final de la Cumbre del Clima para poder analizar los acuerdos y avances logrados en esta ronda de conversaciones y saber con precisión cuál será el temario de la Cumbre de Marraquech sobre el Cambio Climático.