miércoles, 23 de julio de 2014

VISITA INAUGURAL DE FELIPE VI ESTRECHA LAS RELACIONES CON MARRUECOS


UNA ALIANZA NECESARIA

Las relaciones bilaterales entre Marruecos y España han sido siempre cuando menos complejas. Viejos recelos históricos y ciertos remanentes de un pasado colonial se sumaban a los antagonismos religiosos y culturales para mantener distantes a dos pueblos que tienen mucho más en común de lo que ellos mismos son capaces de admitir.

Pero los tiempos están cambiando entre la Península y la principal potencia del Magreb. España, por cierto no pasa por su mejor momento. A una economía que no logra arrancar y alcanzar los niveles de actividad y de mano de obra ocupada de la década anterior se suman otros problemas.

A este cuadro de por sí preocupante, se agregan conflictos y amenazas que provienen de África y el Medio Oriente. Cientos de inmigrantes ilegales provenientes del África subsahariana se agolpan contra el vallado de Ceuta creando problemas económicos y de conciencia a los españoles. Mientras que los vientos de indignación que sacuden al mundo árabe por los sucesos de Gaza anuncian futuras tormentas de terrorismo.

Así lo ha comprendido cabalmente el nuevo rey de España que ha privilegiado sus vínculos con la monarquía alauí haciendo que el gobierno español siga sus iniciativas tendientes a una más estrecha relación con Rabat y a un tratamiento más realista en lo que hace a la cuestión del Sáhara.

UNA AGENDA CARGADA

Marruecos es actualmente, sin lugar a dudas, el único factor de estabilidad en el Norte de África y el puente más confiable para el entendimiento entre Occidente y un mundo islámico que tiende a la radicalización religiosa y al extremismo político. Es, por lo tanto, el socio político y comercial más importante que los españoles pueden encontrar en el Norte de África.

Es por ello, que España mantiene con Marruecos una amplia agenda bilateral cargada de asuntos complejos y urgentes comenzando con el control del terrorismo yihadista que hoy se presenta bajo la forma del grupo conocido como “Estado Islámico de Irak y el Levante” (EIIL). Una organización salafista instalada en extensas zonas de Siria e Irak, donde controla instalaciones petroleras y entrena a un bien pertrechado ejército.

El EIIL ha proclamado la instauración de un “Califato Islámico”, regido por la ley islámica o “sharía”, que reivindica antiguos territorios gobernados por el Islam en el siglo XVI, desde Yakarta a Andalucía.

Nuevamente es Marruecos un factor de estabilidad al contener la expansión del yihadismo en el Norte de África. Recientemente, Mohamed VI, realizó una gira por diversos países africanos, incluido Malí, apoyando la moderada tradición malekita, con el propósito de infundir comprensión y tolerancia en la región.

Otros temas apremiantes en materia de seguridad, se suman a la lucha contra el crimen organizado trasnacional, en especial las redes de narcotraficantes, y la contención de la migración subsahariana ilegal.

Para una España, que enfrenta continuos problemas para reactivar su economía, Marruecos se convierte en un atractivo socio comercial. Las inversiones españolas en ese país alcanzan a un 17% del total de las inversiones extranjeras. Un honroso segundo puesto, solo superado por Francia que acapara el 49% de este tipo de inversiones. Aunque España ha desplazado a Francia como primer proveedor y cliente de Marruecos, aunque la balanza comercial favorece ampliamente a los españoles que vendieron por 5.500 millones y compraron por 3.487 millones de euros, el año pasado. Además, oficialmente están registradas en Marruecos 330 empresas españolas aunque algunas fuentes estiman que la cifra real es más del doble.

DE REY A REY

Pero, si las relaciones entre los gobiernos de Madrid y Rabat no han sido todo lo armoniosas que debería esperarse, una cuestión muy distinta ha sido la relación entre las casas gobernantes de ambos reinos.

Desde los difíciles tiempos de la “Marcha Verde” (1975), Don Juan Carlos I y el rey Hassan II supieron construir un sólido vínculo fraternal que hoy mantiene y han consolidado sus hijos Felipe VI y Mohamed VI. Las relaciones de rey a rey han sido siempre claras, directas, sin dobleces y muy fructíferas.

Es por ello, que al iniciar su reinado el nuevo monarca español ha viajado a Marruecos para revitalizar los vínculos que unen a ambas monarquías.

La visita de los jóvenes reyes de España adquirió una especial significación por que se realizó durante el Ramadán, el mes sagrado para los musulmanes, donde deben  guardar un ayuno preceptivo desde el alba hasta el ocaso, que se rompe con el “iftar” o desayuno. En ese marco acomodar el protocolo de una visita de Estado requiere de mucha flexibilidad.

No obstante, una clara señal del grado de armonía y de la importancia que los reyes de España otorgan a sus relaciones con los reyes de Marruecos es el hecho de que hayan asignado a su visita al país del Magreb el doble de tiempo del que pasaron en Portugal o en el Vaticano.

En Marruecos, Felipe y Letizia pernoctaron en el Palacio Real de Huéspedes, en la ciudad de Rabat y fueron condecorados por Mohamed VI con el “Collar Wissam Al Mohammdi”, la más alta distinción que concede el reino.

Felipe VI no solo consiguió una condecoración y consolidó las relaciones bilaterales, que pasan por su mejor momento en mucho tiempo, sino que obtuvo réditos concretos. Destrabó el acuerdo pesquero con la Unión Europea que mantuvo detenida durante cinco meses a la flota pesquera española sin faenar en los caladeros marroquíes. De las 108 licencias de pesca otorgadas por Marruecos a buques extranjeros, 90 serán para barcos españoles. Realmente un magnífico regalo por parte Mohamed VI.

Al despedirse del rey Mohamed VI, en la escalerilla del avión, Felipe Vi expreso afectuosamente: “un viaje de verdad, muy muy bueno”. No era para menos, había recibido un tratamiento más propio de un jefe de Estado, que incluyó entrevistas e intercambios de información con los principales funcionarios del gobierno marroquí donde se discutieron los más diversos temas. Algo muy distinto del tratamiento meramente protocolar que suele recibir un monarca constitucional. 

Además, ambos países avanzaron en medidas de coordinación e intercambio de información para la lucha contra el crimen organizado, el terrorismo yihadista y la inmigración ilegal. Marruecos incluso dio precisiones sobre las obras de construcción de una segunda cerca de contención de inmigrantes ilegales en la frontera con Ceuta.

El saldo final de la visita, gracias a la fecunda relación entre ambas familias reinantes, fue ampliamente productiva para los dos Estados y contribuyó a incrementar la gobernabilidad y prosperidad del Norte de África.

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