UN
GRUPO CREADO POR GOLDMAN SACHS
Al finalizar la Copa Mundial
de Futbol, Brasil albergara entre el 14 y el 16 de julio, en la ciudades de
Fortaleza y Brasilia, la VIª Cumbre de
los BRICS, un grupo de países de rápido crecimiento económico formado por
Brasil, Rusia. India, China y Sudáfrica.
El acrónimo “BRIC” fue
creado por el economista británico Jim O'Neill, presidente de la firma Goldman
Sachs, en 2004, y empleado en su artículo “Building
better global economic BRICS” –Construyendo mejores ladrillos económicos
globales-, haciendo un juego de palabras entre el acrónimo originado con la
combinación de las primeras letras de los países mencionados y el vocablo
inglés “brick”, que significa
ladrillo. El término fue rápidamente adoptado por analistas y académicos de
temas internacionales, pues resumía un concepto oportuno: el de los países muy
poblados, con economías ascendentes, una clase media en expansión, crecimiento
superior a la media global y capacidad para heredar el liderazgo mundial.
Los BRICS, reúnen a países
con gran extensión territorial que albergan en conjunto el 43% de la población
del mundo. En conjunto reúnen el 21% del PBI mundial y el 20% de la inversión.
Entre sus miembros se encuentran el mayor productor global de energía y octava
economía mundial –Rusia- y, a la segunda economía del planeta, a punto de
convertirse en la número uno, posición que China ocupó durante dieciocho de los
últimos veinte siglos.
El propósito de la VIª Cumbre es la creación del “Banco de Desarrollo de los BRICS”, con
un capital inicial de cincuenta mil millones de dólares, de los cuales cada
país aportará inicialmente diez mil millones, y estará destinado a la
financiación de proyectos de infraestructura y para el desarrollo económico de
estos países. Los BRICS pretenden crear una fuente internacional de
financiamiento al margen del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial
instituciones que consideran creadas, controladas y al servicio de los intereses
económicos y geopolíticos de los Estados Unidos.
Por lo tanto, el foro
internacional de los BRICS debe considerarse como una institución,
especialmente hegemonizada por Rusia y China que la utilizan como una
importante herramienta de su estrategia destinada a redefinir el orden global.
LA
ALIANZA SINO-RUSA
La alianza estratégica
sino-rusa se basa en el dominio de Eurasia con iniciativas tales como contratos
los contratos gasíferos entre la rusa Gazprom y la Corporación Nacional de
Petróleo de China por 400.000 millones de dólares, o la construcción de una
gran variedad de las llamadas “rutas de
la seda”[i],
masivas conexiones de ferrocarriles de alta velocidad, oleoductos, gasoductos,
puertos, y redes de fibras ópticas por inmensas partes de Eurasia. Estas
incluyen una carretera del Sudeste Asiático, una autopista de Asia Central, una
“carretera marítima” del océano
Índico e incluso una conexión de ferrocarril a través de Irán y Turquía que
vincula incluso a Alemania.
La más relevante de estas “rutas” vincula a la ciudad alemana de
Duisburg, sobre el río Rin, con el mayor puerto tierra adentro del mundo,
situada en el corazón de la industria de acero del Ruhr con Pekín y
Vladivostok. Esta ruta se basa en el empleo del ferrocarril Chongquing –
Xinjiang – Europa que ya va de China a Kazajstán, luego a través de Rusia,
Bielorrusia, Polonia y finalmente Alemania. Un recorrido que demanda quince
días en tren, veinte días menos que barcos de carga navegando desde el litoral
oriental de China.
La intención, tanto de Rusia
como de China, es terminar con el mundo unipolar hegemonizado por los EE. UU., que
siguió a la desaparición del Bloque Socialista en 1991. Por el momento al
menos, la confrontación es esencialmente económica y comercial. Los ejemplos
sobran, mientras Washington hegemoniza el mercado de venta a crédito y de comercialización por
Internet con sus tarjetas Visa y Mastercard, Rusia se propone competir en ese
campo con un sistema alternativo de tarjetas de pago y crédito que no esté
controlado por los organismos financieros occidentales. Algo similar a la “Unión de Pagos”, el sistema chino de
tarjeta cuyas operaciones ya han superado actualmente a American Express en
volumen global.
TENSIONES
ARMAMENTISTAS
No obstante, existen áreas
de conflicto territorial que podrían alterar el clima internacional. A las
disputas entre China y sus vecinos del Mar de China Meridional, y entre ese país y Japón por las islas
Senkaku/Diaoyou se suma la crisis de Ucrania. Es evidente que, tanto Rusia como
China, consideran que sus zonas fronterizas y vías marítimas son de su
exclusiva propiedad y no van a aceptar tranquilamente los desafíos –sea
mediante expansión de la OTAN, cerco militar de fuerzas de los EE. UU., o
escudos antimisiles-.
Es evidente que ni Pekín ni
Moscú tienden a la forma usual de expansión imperialista, sus líneas estratégicas
siguen siendo de naturaleza esencialmente defensiva más allá de la retórica que
emplea su propaganda.
No obstante, la competencia
comercial es acompañada de rivalidades diplomáticas e incluso de veladas
carreras armamentistas. Rusia suministra a China aviones de combate
polivalentes Sukhoi Su-35, submarinos de la clase “Lada” y el sistema de defensa antiaérea y antimisil S-400,
considerado uno de los más avanzados del mundo. A su vez Rusia ha invertido
1.600 millones de dólares para adquirir en Francia dos buques anfibios
portahelicópteros clase “Mistral”, su
mantenimiento y otros servicios auxiliares, como capacitación del personal y transferencia
de tecnología. Incluso las armadas de ambos países han realizado maniobras
conjuntas en aguas del mar de China Meridional.
A
MODO DE REFLEXIÓN FINAL
En la medida en que el
bloque de los BRICS se consolide y crezca la cooperación económica, diplomática
y militar entre Rusia y China, el escenario internacional se hará menos
unipolar de lo que ha sido en los últimos veinticinco años.
Pero, al mismo tiempo, los
conflictos regionales adquirirán una dimensión global y serán acompañados por
un discurso apocalíptico, dando la impresión de que el mundo se acera a
situaciones de no retorno. Sin embargo, es muy probable que detrás de esta
retórica incendiaria prime siempre la cordura de los estadistas.
[i]
RUTA DE LA SEDA: se refiere a la antigua comercial y cultural entre China, Asia
Central, Sur de Asia, Medio Oriente y Europa, que funcionó desde el siglo II a.
C. hasta el 1500.
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