¿ERA RICO
PERÒN?
En este tiempo en que la corrupción y el enriquecimiento
ilícito de los gobernantes es un tema de gran actualidad parece oportuno
analizar uno de los mitos de la historia argentina. Es decir, tratar de
dilucidar algunas afirmaciones que durante años han dividido a los argentinos.
¿Perón se enriqueció desmedidamente o no durante sus gobiernos? Veamos si
podemos responder a esta pregunta o al menos aportar algunos elementos para
este debate
Perón comenzó su vida política a los cincuenta años, en
diciembre de 1943, hasta entonces no tuvo otros ingresos y más fortuna que los
provenientes de sus salarios como militar. Si bien en esa época los salarios
militares eran acordes a las responsabilidades y riesgos propios del empleo
militar, en modo alguno permitían acumular una gran fortuna. Así lo testimonia
su declaración jurada de bienes de 1949. Seis años más tarde sus bienes se
habían incrementado considerablemente sin que exista una justificación adecuada
sobre el origen de esas nuevas propiedades. Veamos los datos.
Su primera declaración de bienes fue confeccionada cuando
Perón llevaba tres años desempeñando el cargo de presidente de la Nación y seis
desde que ocupó su primer cargo político. Las denuncias de la oposición sobre
el enriquecimiento de Perón y de la familia Duarte llevaron al presidente a dar
a conocer el monto de sus bienes.
En esa oportunidad los bienes que Perón declaró poseer en
forma conjunta con su esposa, eran los siguientes: Una quinta con casa
habitación en la localidad de San Vicente, provincia de Buenos Aires, con
dieciocho hectáreas; un automóvil marca Packard, efectos personales. Bienes heredados
indivisos: un establecimiento de campo en Sierra Cuadrada, Comodoro Rivadavia,
con instalaciones y hacienda; una bóveda en el cementerio de la Chacarita y un
terreno en el pueblo de Roque Pérez, provincia de Buenos Aires. Se declaró
deudor, del Banco Hipotecario Nacional por la suma de 50.000 pesos con garantía
real sobre la casa quinta.
LOS BIENES
DE PERÓN EN 1955
En 1956, después del triunfo de la Revolución
Libertadora, la investigación llevada a cabo por la Comisión Nacional de
Investigaciones –Creada por Decreto Ley 479, del 7 de octubre de 1955- determinó
que además de los bienes denunciados seis años antes, continuaba como
propietario de la finca de San Vicente, pero con mejoras por valor de 3.410.000
pesos. Poseía, además, los siguientes inmuebles: Gelly y Obes 2287/89, de ocho
pisos altos y terraza –actualmente sede del ministerio de Justicia y
Seguridad-; Callao 1944 –este es el edificio donde se suicidó Juan Duarte- con
igual cantidad de plantas y 17 departamentos[i];
Teodoro García 2102, con tasación judicial de 545.000 pesos; una finca en Casa
Grande, provincia de Córdoba, con valuación fiscal de 160.000 pesos. Poseía,
también, acciones del establecimiento Santa María del Monte, provincia de
Buenos Aires; por tres millones de pesos, que Juan Duarte entregó a Héctor J.
Díaz, presidente entonces del Banco de la Provincia de Buenos Aires, para ser
depositadas con la manifestación verbal de que “sólo podía disponer de ellas
Juan D. Perón”, acciones de la Territorial La Victoria S. A. del Uruguay, por
200.000 pesos oro uruguayos, tenía a su sola disposición y sin cargo de rendir
cuentas, la suma de 5.623.707 pesos pertenecientes a la Fundación Eva Perón.
Por otra parte en sus diversas residencias se encontraron mil doscientas
plaquetas de oro y plata, 756 objetos de platería y orfebrería, 650 alhajas,
144 piezas de marfil, 211 motocicletas y motonetas, diecinueve automóviles, un
avión, dos lanchas, 394 objetos de arte, 430 armas (antiguas y modernas),
además de otros objetos valiosos.[ii]
Cabe destacar que Perón nunca negó la propiedad de esos
bienes. Su apoderado, el escribano Raúl F. Gaucherón, al presentarse ante la
Junta de Recuperación Patrimonial, presidida por el general Celso, no sólo
reconoció la propiedad de todos esos bienes sino que manifestó que los mismos
habían ingresado al patrimonio de Perón como producto de “obsequios”. Resulta evidente entonces que las acusaciones sobre
enriquecimiento ilícito por parte de Perón en sus dos primeros gobiernos
estaban sobradamente fundadas.
A estos bienes se les aplicó el decreto 5.148/55 que
establecía que “está dentro de la
tradición jurídica el disponer que los enriquecimientos ilegítimos obtenidos
por los funcionarios del régimen depuesto y sus cómplices pasen al patrimonio
de la Nación”.[iii]
PERÓN
RECUPERA LO QUE NO ERA SUYO
Perón recuperó el valor de esos bienes dieciocho años más
tarde sin que nadie cuestionara la legitimidad de los mismos. Veamos cómo se
compensó a Perón por la pérdida de esos bienes y que se hizo con el dinero
pagado según lo consigna Julio González. “Semanas
después de regresar al país en forma definitiva (20 de junio de 1973), el
Congreso Nacional resolvió por ley restituirle a Perón todos sus bienes que, en
los dieciocho años transcurridos desde 1955, habían pasado al Estado, a
terceros que los habían comprado de buena fe, y también a funcionarios de
primer y segundo orden que los guardaron para sí, de mala fe. Y no precisamente
porque fueran peronistas o coleccionistas de objetos históricos”.[iv]
“Como era
imposible recomponer físicamente el patrimonio, el 13 de septiembre de 1973,
por decreto 1174 del Poder Ejecutivo, se formó una comisión encargada de
evaluar los bienes. Realizando este acto, en cumplimiento de los términos de la
ley de restitución, la Tesorería General de la Nación pagaría al ciudadano Juan
Domingo Perón la suma de pesos equivalente a los bienes de los que había sido
ilícitamente desposeído, a los valores actuales del momento de pago. La
comisión fue integrada por el doctor Carro, en representación del ministerio de
Justicia, por el doctor Romero, en representación del ministerio de Bienestar
Social, y por el contador Lumi, en representación de la cartera de Economía.
Carro era el Jefe del Gabinete de Asesores del ministro Benítez, Romero,
director de Políticas del ministerio de Bienestar Social; y Lumi, secretario de
Hacienda de la Nación”
“No hemos
podido conocer el modus operandi de la comisión, ni la forma en que ejecutó su
mandato. La única referencia documental ha de hallarse en la Escribanía Mayor
de Gobierno, porque, cuando Benítez era ministro del Interior, hizo un día
comparecer ante Isabel al escribano mayor de Gobierno, protocolizó un paquete
de documentos que, según refirió a la Presidente, eran las actuaciones de la
comisión. La escritura correspondiente la suscribió sólo Isabel como
requirente. A pesar de estar presente, Benítez no compareció en el documento
notarial. Fue entonces cuando la Presidenta me comentó que el trámite de
restitución de bienes a Perón lo habían manejado Gelbard, López Rega y
Benítez.”[v]
González, debido posiblemente a su adhesión a Perón y a
María Estela Martínez Carta de Perón, olvida mencionar cual fue la suma
restituida al líder justicialista. Tampoco emite juicio sobre cómo pudo Perón
reunir ese dinero legítimamente si sólo contaba con su retiro de general y su
sueldo de presidente de la Nación.
Afortunadamente, Hugo Gambini no tiene esos prejuicios.
En su libro “Historia del peronismo. La
obsecuencia (1952 – 1955)” consigna el monto del dinero “restituido” a Perón en 1973.
“Al año
siguiente, Perón regresó definitivamente al país y se dictó la ley 20.530 por
la cual se le devolvían la totalidad de los bienes interdictos en diciembre de
1955. Mediante el decreto 1.174/73 del presidente provisional Raúl Lastiri,
yerno de José López Rega (secretario privado de Perón), se valuaron los bienes
y se aprobó una indemnización total de $85.534.206 (ocho millones y medio de
dólares), la que se saldó en nueve pagos.[vi]
“Los nueve
pagos fueron éstos: 1.- $24.481.000, el 10/10/73; 2.- $35.888.780, el 11/10/73;
3.- $1.451.000, el 21/11/73; 4.- $7.200.480, el 3/1/74; 5.- $6.290.000, el
8/1/74; 6.- $4.528.000, el 18/1/74; 7.- $1.103.932, el 19/3/74; 8.- $769.014,
el 22/4/74 y 9.- $3.801.200, el 21/5/74.”
“Los recibos
firmados por María Estela de Perón quedarían en poder de Santiago Carro,
presidente de la Comisión de Restitución de bienes a Juan D. Perón.”[vii]
Además de esa suma de dinero, durante el gobierno militar
del general Alejandro A. Lanusse, Juan D. Perón recibió la restitución de sus
sueldos de presidente hasta la finalización constitucional de su mandato y la
total de sus haberes de pensión que le habían sido retenidos durante diecisiete
años.
¿QUÉ OCURRIÓ
CON LA FORTUNA DE PERÓN?
Para conocer que ocurrió con esa inmensa suma de dinero
debemos retomar el autorizado relato de Julio González, quien sucedió a José
López Rega como secretario privado de la Presidenta María Estela Martínez de Perón.
“‘El dinero,
escarmentados por lo que ocurrió en 1955 –me refirió Isabel-, se lo dimos a
Gelbard[viii]
para que nos lo ubicase en el exterior. Nosotros no vimos un solo peso, con
excepción de unos quinientos millones de pesos viejos[ix] que me dieron a mí, y que puse a plazo fijo
en el banco Santander’”
“Tiempo
después, hacia fines de 1975, Isabel me solicitó que le renovase su depósito en
ese banco. Por entonces, el capital con los intereses (que eran aproximadamente
del 60% anual) le sumaban mil quinientos millones de pesos viejos, más o
menos”.
“En otra oportunidad,
Isabel me hizo saber su preocupación por el dinero que le había dado a Gelbard
para que se los administrara. Su único comprobante era un sobre cerrado que el
ex ministro de Economía le había dejado, y que, según él contenía instrucciones
para el caso de necesidad”.
‘Vamos a
abrirlo a ver que dice –me dijo Isabel. Y trajo el sobre y lo abrió en mi
presencia. El sobre tenía un mensaje dactilografiado y sin firma que decía: “En
caso de dificultades, véalo a mi hijo”.[x]
Podemos concluir que posiblemente ni la propia María
Estela Martínez de Perón sea capaz de responder que ocurrió exactamente con los
cuantiosos bienes que el Estado argentino pagó a Perón. Casi con certeza ni
ella conozca con exactitud el destino de esa fabulosa fortuna. Por nuestra
parte, no podemos menos que pensar que si
así cuidaban su patrimonio, como cuidarían los dineros de la República. Cómo no
preguntarnos en manos de quién había caído el país entre 1973 y 1976. Argentina
fue siempre un país muy generoso. En esa época mucho más. ¿Usted qué opina?
[i]
NOTA DEL AUTOR: Según afirma Julio González: ese edificio era un legado que el
armador de buques Alberto Dodero hizo a Perón en su testamento. González no
aclara por qué motivo un millonario naviero efectuaba un regalo millonario al
Presidente de la Nación. No cabe menos que pensar que Dodero oficiaba de
testaferro de Perón en la adquisición de ese inmueble o estaba retribuyendo
algún favor político recibido de Perón. GONZÁLEZ, Julio: Isabel Perón.
Intimidades de un gobierno. Ed. El Ateneo, Bs. As. Julio 2007, p. 249.
[ii] COMISIÓN DE INVESTIGACIONES: Libro negro de la segunda tiranía. Bs.
As. 1958, p. 49.
[iii] COMISIÓN DE INVESTIGACIONES: Ob.
Cit. p. 50
[iv]
GONZÁLEZ, Julio: Ob. Cit. p. 250.
[v]
GONZÁLEZ, Julio: Ob. Cit. p. 251.
[vi]
GAMBINI, Hugo: Historia del peronismo. La obsecuencia. Ed. Vergara. Bs. As.
2007. P. 77.
[vii] GAMBINI, Hugo: Ob. Cit. p. 90
[viii]
NOTA: José Ber Gelbard: Ministro de Economía de los presidentes Campora,
Lastiri, Perón y María Estela Martínez Carta de Perón.
[ix] NOTA
DEL AUTOR: 500.000.000 de pesos moneda nacional, pesos viejos como los denomina
Isabel Perón, correspondían a 5.000.000 de pesos Ley 18.188, creados en 1971,
que fue la moneda en que se le restituyeron sus bienes a Juan D. Perón.
[x]
GONZALEZ, Julio: Ob. Cit. p. 251.