sábado, 26 de abril de 2014

AUMENTAN LAS TENSIONES EN EL MAGREB

 UN CONFLICTO OCULTO

Mientras la atención mundial está centrada en las tensiones en Europa Oriental, donde Rusia parece dispuesta a poner fin al proceso de decadencia que comenzó con el desastre de Chernobyl, el 26 de abril de 1986, y que llevó a la fragmentación de la Unión Soviética en quince estados independientes.

Allí, hoy el presidente Vladimir Putin está llevando a cabo un drástico proceso de rectificación de fronteras destinado a poner bajo el control de Moscú todo el “extranjero cercano”, es decir el antiguo territorio soviético.

La concreción de este proceso tendría un impacto tan grande sobre el escenario internacional que las tensiones en Europa Oriental han ocultado el conflicto que se ha estado gestando en estos días en la región africana del Magreb.

La raíz del conflicto magrebí se encuentra en las reivindicaciones separatistas de una minoría de la población marroquí que se reivindica como saharaui. Este grupo con el apoyo financiero y militar de Argelia intenta segregar una porción del territorio de Marruecos para formar un estado independiente.

LA APARICIÓN DEL SEPARATISMO

En 1976, Marruecos liberó la última parte de su territorio del dominio colonial español. Gradualmente, en la segunda mitad del siglo XIX, España usurpó una parte del territorio marroquí donde estableció una colonia que denominó “Sáhara Español” – posteriormente esta región fue denominada “Sáhara Occidental”-. Frente la imperialismo colonial español de nada sirvieron las reiteradas protestas del Sultán de Marruecos.

Un siglo más tarde, en 1975, la evidente decadencia de la dictadura franquista –especialmente por la enfermedad y muerte del Caudillo-, indicaron al rey de Marruecos, Hassan II, que había llegado el momento oportuno para recuperar los territorios que se había apropiado ilegalmente España.

Así nació la “Marcha Verde” que inmediatamente se transformó en una gesta independentista para el pueblo marroquí. En plena crisis institucional y económica el gobierno español debió y retirarse dejando esos territorios nuevamente en manos de Marruecos.

Pero, el retiro de la potencia colonial europea despertó las apetencias territoriales y hegemónicas de otros Estados de la región. En primer lugar y en el contexto de la guerra fría, la Libia del coronel Gaddafi  y luego Argelia alentó a un grupo de estudiantes marroquíes descontentos con la monarquía alauí, que reina en Marruecos desde 1666, a crear un movimiento separatista y a reclamar la formación de un Estado independiente en los territorios que estaba abandonando España en el Sáhara marroquí.

Argelia derrotada por Marruecos en la “Guerra de las Arenas” -1963-, decidió poner “una piedra en el zapato” de Marruecos y al mismo tiempo mejorar su posición geopolítica propiciando la creación de un “Estado títere” en el sur del Sáhara que le proporcionara un acceso seguro a la costa atlántica para encaminar hacia allí buena parte de sus exportaciones energéticas –gas y petróleo-.

Este fue el origen de la creación del Frente Popular para la Liberación de Saguía el-Hamra y de Río del Oro, más conocido como “Frente Polisario”, conformado en 1975, por un grupo de estudiantes marroquíes que obraban siguiendo las directivas de Argel.

Lo que siguió fueron quince años de una suerte de guerra  en el sur de Marruecos. Los terroristas del Frente Polisario libraban una guerra de guerrillas con cruentos atentados y razias tanto contra las fuerzas marroquíes como contra los pesqueros españoles de Canarias que operaban en aguas costeras de Marruecos. Habitualmente, luego de asesinar a los pobladores marroquíes y saquear la región, los terroristas se replegaban a territorio argelino donde las FF. AA. de Argelia los protegían de la persecución del ejército marroquí e incluso los reabastecían de armamentos, vehículos de combate y combustible.

Finalmente, después de que Marruecos construyera importantes obras defensivas en su frontera con Argelia, que prácticamente tornaron imposibles las hasta entonces frecuentes incursiones de las fuerzas del Polisario, se alcanzó un alto al fuego supervisado por fuerzas de observadores de ONU.

LA MINURSO

Este fue el origen de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental –MINURSO- establecida por Resolución Nº 690 del Consejo de Seguridad del 29 de abril de 1991. Nacida con el mandato original de: “Supervisar la cesación del fuego; Verificar la reducción de tropas de Marruecos en el Territorio; Supervisar la restricción de las tropas de Marruecos y el Frente Polisario a los lugares señalados; Tomar medidas con las partes para asegurar la liberación de todos los prisioneros políticos o detenidos del Sáhara Occidental; Supervisar el intercambio de prisioneros de guerra (Comité Internacional de la Cruz Roja); hacer efectivo el programa de repatriación (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados); Identificar y registrar a las personas con derecho a voto” y lo más importante: “Organizar y asegurar la realización de un referéndum libre y justo, y dar a conocer los resultados”.

Un referéndum propuesto por el Rey Hassan II y que nunca pudo celebrarse dado que era la primera en la historia de Naciones Unidas en que una consulta de este tipo iba organizarse sobre la base de la identificación de los votantes. Esta operación de identificación  resulto irrealizable  ya que por una parte la población no corresponde al territorio por el carácter históricamente nómada de la población y por otra parte la falta de voluntad política de las partes para llegar a establecer un padrón electoral que hiciera posible la realización de dicho referéndum. Ello llevó la ONU a encaminar  el proceso hacia una solución política y negociada.

En la actualidad la MINURSO cuenta con un personal de 229 efectivos uniformados pertenecientes a las FF. AA. de una veintena de países –incluida la Argentina- y 279 funcionarios y empleados civiles de origen internacional. Su mandato es anual.

LOS DERECHOS HUMANOS COMO INSTRUMENTO DE PROPAGANDA

Precisamente, las actuales tensiones en el lugar se deben a los intentos del Frente Polisario de que se modifique el mandato de la MINURSO otorgándole responsabilidad en la supervisión de los derechos humanos en la zona en conflicto.

Marruecos que ha incorporado la región del antiguo Sáhara Español como una parte indisoluble de su territorio bajo la denominación de las “provincias del sur”, sólo está dispuesto a discutir un régimen de autonomía para le región y se opone a cualquier intento de establecer un estado independiente por parte de los separatistas del Frente Polisario manipulado por Argelia.

Por lo tanto, interpreta que en realidad bajo el argumento de supervisar la vigencia de los derechos humanos las fuerzas de la MINURSO y algunas ONG europeas y muy vinculadas al aparato de propaganda del Polisario realizaran un aprovechamiento político del tema hasta convertirlo en una  intolerable intromisión en los asuntos internos de Marruecos.

En realidad, lo que más preocupa a Rabat, no es que salga a la luz alguna violación a los derechos humanos por parte de funcionarios o militares marroquíes, sino es el temor de perder de vista el objetivo primordial del proceso de la ONU que es la búsqueda de una solución definitiva a este diferendo que dura desde hace casi cuatro décadas y paraliza la integración regional  del Magreb. Para Rabat darle la posibilidad a la MINURSO de supervisar los Derechos humanos significa premiar las estrategias de diversión de los no quieren una solución a este conflicto porque se están aprovechando de esta situación de estancamiento.

MARRUECOS ENDURECE SUS POSICIONES

El rey de Marruecos, Mohammed VI, ha mandado claras señales de que no está dispuesto a admitir cambios en las funciones que debe cumplir la MINURSO. El sábado 12 de abril se comunicó con el Secretario General de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon para manifestarle la imperiosa necesidad de evitar “enfoques parciales y opciones peligrosas” en el Sáhara Occidental. Además advirtió terminante que “cualquier desviación en esta dirección sería fatal para el proceso y pondría en riesgo la implicación de la ONU en el asunto.”

La comunicación del monarca era una clara advertencia de que Marruecos, en caso de modificarse el mandato original de la MINURSO, podría escalar el conflicto rechazando la permanencia en su territorio de los “cascos azules” y forzando su retiro.

Reforzando esta determinación, el 18 de abril, Mohammed VI se trasladó con su familia a la ciudad de Dajla. Desde el año 2010, el monarca no visitaba las “provincias del sur” para no incitar reacciones adversas de elementos separatistas. Ahora, la presencia en el sur del Rey indicaba que a la monarquía no le importaba la opinión de los elementos separatistas y que tampoco se preocupaba por las reacciones adversas estos podían generar. Cabe destacar que la presencia del monarca solo genero expresiones de afecto y apoyo por parte de la población local.

Por último, el 20 de abril, el gobierno marroquí, en una muestra más de firmeza,  expulsó de su territorio a una treintena de simpatizantes del Frente Polisario. Se trataba de un contingente de mujeres que se autodenominaban “observadores internacionales” y que en un claro acto de provocación pretendían acceder a los campamentos del Polisario en Tinduf, Argelia, desde territorio marroquí para asistir como delegadas a la “Conferencia de Apoyo a la Resistencia de las Mujeres Saharauis”.

Normalmente, todos los visitantes extranjeros que acceden a los campos de Tinduf, lo hacen desde el aeropuerto de Argel y luego se trasladan hacia el sur con asistencia del gobierno argelino. El hecho de que este año, en momentos en que la ONU se discute la renovación del mandato de la MINURSO, las activistas hayan elegido modificar esta ruta de acceso y pretendido ingresar desde Marruecos es un evidente indicio de que buscaban generar un incidente internacional que incidiera sobre la votación del 31 de abril próximo. Rabat impidió esta maniobra obligando a las simpatizantes del Polisario a retornar a sus países de origen ni bien arribaron a suelo marroquí.

CONCLUSIONES:

El gobierno de Rabat considera a las provincias del sur como una parte constitutiva de su territorio nacional a la que no esta dispuesto a renunciar. Como diría el geopolítico estadounidense Hans Morgenthau, el territorio del Sáhara es para Marruecos un “interés vital” por el cual una nación lo arriesga todo, incluso la guerra.

Marruecos podrá negociar un régimen de autonomía y derechos diferenciales para la población saharaui, pero nunca cederá la soberanía de este territorio. Por lo tanto, en un momento en que las brasas del incendio provocado por la Primavera Árabe, de 2010, aún arden en Egipto, Libia y Siria, en que Malí y el resto del Sahel se han convertido en un inmenso “espacio sin ley”· donde prolifera el terrorismo, el crimen organizado, el narcotráfico y el separatismo tuareg, las Naciones Unidas deberían entender que lo más inteligente es focalizarse sobre una solución definitiva  del conflicto sobre Sáhara para no acorralar a Marruecos y generar un nueva tensión en el ya convulsionado Norte de África.

 

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